52.000 empleos podrían crearse en nuestro país si se aplicara toda la normativa vigente europea en materia de recursos; es decir, si España terminase de implantar lo que se conoce como economía circular. Este dato, entre otros, se ha recogido del informe La situación y evaluación de la economía circular en España, presentado el pasado viernes en la XI Cumbre de Cotec Europa. La Fundación Cotec para la Innovación, autora del estudio, considera que este tipo de economía tendría grandes beneficios para España y la Unión Europea, ya que incrementa su propia competitividad y sostenibilidad construyendo “un sistema económico más resiliente y adaptable a la escasez de materias primas y recursos energéticos, así como previendo la volatilidad financiera y propulsando la innovación y eficiencia empresarial, hechos que cambiarán, de manera radical, los patrones de producción y consumo”.
La economía circular es un cambio radical en los sistemas de producción y consumo actuales. Se basa en principios “como la diversidad, resiliencia y pensamiento sistémico”, que requieren un enfoque metabólico, integrando ciclos materiales biológicos y tecnológicos. Es decir, que, al igual que en la naturaleza, se pretende reciclar la máxima producción que se pueda para el propio autoconsumo, abandonando así el lema “crear, usar y tirar”. En España, todavía hay que adoptar un pensamiento común que abogue por la sostenibilidad, tanto en el ámbito privado como en el público.
De todos modos, no hay motivos para “alarmarse de forma preocupante” en cuanto al consumo de materiales, que se ha reducido casi un 50% entre 2008 y 2012. Asimismo, la productividad ha crecido un 85%, mientras que la intensidad por PIB (relación entre el consumo de productos, expresado en toneladas y el PIB en euros) ha descendido un 46% y, por habitante, también casi un 50%. Estos datos, que reflejan la situación actual de España en cuanto al consumo de recursos, muestran una cierta mejora de la productividad española (casualmente, desde la crisis del ladrillo) aunque, según el estudio de Cotec, “se necesitan nuevas iniciativas políticas, empresariales y sociales centradas en el objetivo general de fomentar las capacidades endógenas para favorecer la transición hacia la economía circular”. Si la política española siguiera esta tendencia de innovación, surgiría una consolidación de una economía diversificada, sostenible, hipocarbónica (baja en CO2) y ecoeficiente que favoreciera las opciones económicas de todo tipo de empresas innovadoras, eficientes y competitivas “incluso a nivel internacional”, asegura el informe.