Carlos Barros: “En la primera ola, la disociación entre la información oficial y la que recogíamos era brutal”

ola covid-19
De izq. a dcha. Emilio Bouza, Carlos Barros, Patricia Muñoz y Enrique Navas. (Imagen: Fundación Ramón Areces)

La Fundación Ramón Areces ha vuelto con su serie de charlas relacionadas con el COVID-19. En esta ocasión, tres expertos que han trabajado día a día en hospitales con esta enfermedad –Patricia Muñoz, del Hospital Gregorio Marañón; Carlos Barros, del Hospital Universitario de Móstoles (Madrid) y Enrique Navas, del Hospital Ramón y Cajal de Madrid– se han reunido para hablar sobre el pasado, presente y futuro del virus. 

El simposio ha sido dirigido por Emilio Bouza, miembro del consejo científico de la Fundación Ramón Areces y fundador de la Sociedad Española de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas. “Es muy pertinente esta reunión. Son tres persona que trabajan en el día a día de la lucha contra el COVID-19, no son de salón. Su versión se alega del telediario”, ha manifestado.

Carlos Barros: “Ahora mismo, Madrid es la que está peor, con mucha diferencia”

Según Barros, los datos a nivel mundial y europeo se pueden obtener fácilmente buscando en cualquier página, datos verdaderos con notificaciones por PCR. “EEUU es el país que más millones de contagiados tiene, 7 millones; 700.000 en España, según cifras oficiales. Somos octavos en el mundo, segundos en Europa tras Rusia. Y en autonomías…Madrid, ahora, es la peor con diferencia”. 

Barros ha explicado que se maneja mucho la cifra por 100.000 habitantes. "Cifras por encima de mil se ven en muchos sitios, una alta tasa. Está La Rioja, Navarra y, por otro lado, Asturias parece que es la que está mejor, pero tampoco muy allá”. 

Aún así, el clínico se ha querido centrar en Madrid, ya que es el coordinador de los hospitales de los casos ingresados. “Empezamos a trabajar a principio de la pandemia, días antes del confinamiento. Nos dimos cuentas que había más casos que los que se decía en la prensa, y los recogíamos con una serie de personas que día a día estaban con pacientes y centralizaban todo. La disociación entre la información oficial y lo que recogíamos era brutal en la primera ola. En la segunda ola, los datos serán superponibles, pero hemos querido dar los datos al día, sobre todo por hospitales, para que se difundieran". 

“¿Tienes un valor a futuro de la segunda ola, proporcional a lo mal que se ha hecho anteriormente”, le ha preguntado Bouza. “Siempre se puede hacer mejor. No soy una persona con capacidad de crítica a la Comunidad o a España, y no sé cómo lo han hecho otros países. Dicen que China lo ha hecho genial, pero tendría que verlo. Sin embargo, en Japón, Corea, Italia… Yo denoto, como clínico, trasparencia en la información. Para la población pero también para los clínicos. Nos hemos organizado fatal, pero, en el fondo, también bien. Al final, salimos de la primera ola. Pero, en general, como clínico, veo que no se ha organizado bien”. 

Por otro lado, para él, “el rastreo, si no se acompaña de una obligatoriedad de realizar el confinamiento domiciliario a la persona que da positivo y a sus contactos, que en España es obvio que no se está llevando a cabo, no sirve para nada. Contratar ahora a miles de rastreadores no serviría para nada si luego tiene que ir la policía a confirmar que ese individuo está en su domicilio”. 

Sobre el futuro, Barros se ha mostrado extrañado, concretamente, hablando de las reinfecciones: “En problemas respiratorios es algo muy frecuente y, de hecho, hay personas que enferman de gripe todos los años… No sorprende que un virus con preferencia en el tracto respiratorio produzca reinfecciones. Sin embargo, llama la atención que, de más de 31 millones de casos ya documentados, solo haya publicados 8 casos de reinfecciones y que cuatro sean españoles y otros cuatro uno de cada país (Hong Kong, Países Bajos, Bélgica y Estados Unidos). Lo lógico es que haya reinfecciones reales y que éstas sean menos graves”.

Patricia Muñoz: "Una vez que has pasado diez días confinado, si estás asintomático, puedes reincorporarte”

La catedrática, por su parte, ha detallado de dónde viene el COVID-19: “Los coronavirus son virus RNA que se caractericen por su forma redondeada, por sus espículas, que parecen una corona. Son 7, y en los 70 ya se descubrieron. Son virus que puedan afectar a los seres humanos y a ciertos animales. El primero, en 2002, apareció el Sars-Cov 1 –el nuestro es el 2–. Se parece bastante al de ahora, aparecieron cuadros en China y afectaron a EEUU y Canadá. Se consideró como pandemia, pero terminó en 2003, con 8000 casos y una tasa de mortalidad del 10 %. En 2012 aparece otro cuadro respiratorio en los países árabes. Un coronavirus nuevo, el Mers, otro coronavirus menor, 2000 casos, que no se transmite a otros países, aunque no haya desaparecido. Los tres se parecen y tienen un cuadro clínico parecido, no solo al pulmón, sino otros órganos”.

Además, Muñoz está esperanzada porque en Australia, Sudáfrica o América del Sur se han registrado muy pocos casos de coinfección de COVID-19 con el virus de la gripe. “Esto no significa que no haya que vacunarse de la gripe ni mucho menos, que habrá que hacerlo, pero es cierto que se han detectado menos del 5% de casos en convivencia con otros virus y, en el caso de la gripe, hay que hablar de  poquísimos casos”. 

Sí ha reclamado esta especialista en enfermedades infecciosas mayor precaución en la administración de determinados fármacos, como los antibióticos o los esteroides. “Por el uso tan extendido de esteroides, estamos viendo ahora infecciones gravísimas con pacientes inmunodeprimidos, por algunas tuberculosis, o con aspergilosis asociadas a pacientes que han permanecido mucho tiempo entubados… También hay que hacer una llamada al buen uso de antibióticos, que se ha comprobado que son mucho menos necesarios de lo que pensábamos al principio, que administrábamos dos antibióticos al paciente nada más entrar en el hospital”

Sobre el periodo de confinamiento, “ahora mismo, si has tenido un COVID normal, de los que estás en casa, no hace falta una PCR de control pero si te lo hacen y sigue positiva puedes trabajar. El criterio es el tiempo. Una vez que han pasado diez días y has estado asintomático puedes reincorporarte. El gobierno especifica dos grupos: los que han requerido ingreso en la UVI, por la carga viral, el Ministerio requiere una PCR de alta o, si no se puede hacer, exigen que se pase otros diez días en su casa o el hotel medicalizado. Sin mucha evidencia científica. El súmmum del cuidado es qué hacer con el personal sanitario”.

Enrique Navas: “Hay circunstancias de transmisión más allá de los dos metros”

Para Enrique Navas, la definición epidemiológica de segunda ola no existe como tal. “Surge de la experiencia de otra gran pandemia, como la del 18, que tuvo una segunda ola con más mortalidad. No hay una definición, es algo como una descripción. Es evidente: en marzo-abril tuvimos una ola tremenda que, como se apreció, acabó a finales de mayo y junio. Y en agosto hemos visto una eclosión de casos. Ahora salen más, porque se diagnostican más y mejor”.

Del mismo modo, según él, pparece que es muy obvio que la vida fundamental es la transmisión directa por gotas, las que se dan al hablar, al toser. Se calcula que tienen una distancia de transmisión de 1 a 2 metros, aunque posiblemente sea más. “Se ha defendido que, por gravedad, caen, y más allá de dos metros no afectan. Se ha cuestionado esto en la literatura médica y con la experiencia de transmisión de que una gotita fuera más allá de dos metros. Es una controversia y nos plantea si hay que ser mas estrictos. Todavía tenemos dudas del papel de la transmisión aérea. Creo que hay circunstancias de la transmisión más allá de esos metros”.

Pero, ¿qué papel tiene el distanciamiento y las mascarillas? “No hay ensayos clínicos aleatorizados para saber si sirven. Tenemos estudios observacionales: ver poblaciones con riesgo de contraerlo y se ve si los que han hecho distanciamiento, los que no, mascarillas, sí o no, etcétera. Son estudios de menos calidad científica, pero cuando hay muchos se les da valor. Científicamente demostrado en coronavirus, este verano han hecho una revisión sistemática de los estudios observaciones del Sars-Cov 1, del Mers, del Sars-Cov 2, y calculan la razón de exceso de no tomar medidas”.

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