Bajo las siglas COViR (Collaborative Virtual Reality Platform for e-Learning: Teaching Communication) verá la luz una pionera plataforma de e-learning europea. Es, en síntesis, un entorno completamente virtual en el que se potenciará la Formación Profesional (FP) y las enseñanzas a distancia. Detrás de este proyecto está el programa Erasmus+ de la Unión Europea (UE), y nace de un consorcio que cuenta con un socio español entre sus miembros: Fundación Equipo Humano.
El proyecto, aún en ciernes, prevé el desarrollo de este portal de formación multiusuario compartimentado en salas de realidad virtual (VR, por sus siglas en inglés). En cada una de estas clases, el formador y los alumnos se darán cita con sus avatares para interactuar en conversaciones o para la presentación de materiales de clase.
Sheila Amorós, EU Project Officer en Fundación Equipo Humano, sitúa en la fase de desarrollo el curso específico para que los formadores aprendan a enseñar en este nuevo entorno. “El consorcio está desarrollando los materiales y herramientas de formación necesarias para transmitir dichos conocimientos comunicativos a través de dicha plataforma”, desgrana a Innovaspain.
La demanda de este tipo de formadores ya estaba en ciernes. “Llegado el momento, con unas gafas de realidad virtual y sensores de movimiento, podremos realizar cualquier actividad completamente virtual”. Pero matiza que, para ello, “se requiere personal cualificado que sepa exprimir todos estos nuevos recursos”.
Este es, reconocen, uno de los principales retos que tiene COViR por delante. El horizonte que se quiere alcanzar es el de digitalizar la formación, pero también el de mejorar la calidad del aprendizaje.
Hoja de ruta de COViR
Según cuenta Amorós (como parte de Fundación Equipo Humano) contará con un presupuesto de 296.815 euros para desarrollar las actividades contempladas hasta abril de 2023. Desde el momento del anuncio oficial, hay hasta cuatro puntos a cumplir en este periodo de tiempo.
El primero es la creación de la propia plataforma de VR colaborativa. A esta le seguirá el desarrollo de un curso online para que los formadores aprendan a emplear tecnologías VR en general, y la propia plataforma COViR. Se busca con la enseñanza de ‘Habilidades de comunicación’ reforzar las competencias del profesorado a través de “experiencias atractivas” basadas en tecnologías de VR.
También será necesario preparar un esquema de certificación con herramientas de evaluación para acreditar a los formadores. Y, por último, se elaborará una guía para profesores que incluirá un plan didáctico “detallado” para enseñar dichas habilidades en COViR “con todo el material digital” que necesitarán para impartir su formación. “Estos materiales incluirán contenido multimedia, vídeos y escenarios de juegos de rol”, especifica.
Y, además, se quiere asegurar la continuidad de todo el proyecto. Las herramientas de COViR seguirán funcionando después de abril de 2023 “gracias a las acciones de mantenimiento de los socios del consorcio proveedores de IT”. Esto permitirán asegurar la sostenibilidad de los recursos, que todos puedan seguir usando la plataforma o incluso incluirla dentro de las actividades de formación. Y “nuevas oportunidades” que aún están por ver.
El CEDEFOP ya lo profetizaba
“Se ha observado un claro y repentino aumento de las búsquedas de ‘e-learning’, ‘curso online’ y ‘formación online’ en 2020”, dice Amorós. Se refiere a un reciente análisis del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP), que detectó ese volumen de búsquedas a raíz de la pandemia. Y que ha servido para que la UE se mueva en este sentido.
Pero también se trata de no corroborar el prejuicio hacia la formación online como impersonal, o de acabar con sus limitaciones respecto a algunas actividades. “Esta pérdida de contacto directo hace que impartir cursos que incluyan habilidades de comunicación o desarrollo y fortalecimiento de habilidades blandas sea mucho más difícil”, reconoce Amorós. Por esta razón, COViR apuesta por una formación online basada en experiencias virtuales interpersonales.
En la nota de prensa que anuncia esta iniciativa, se esgrimen otras evidencias científicas relacionadas con la neurociencia cognitiva o la psicología educativa. Según señala, “demuestran que el futuro de la formación pasa por incluir el metaverso”. Es más, lo califican como el “ecosistema perfecto” para el desarrollo de estas actividades de formación.
El papel de Fundación Equipo Humano
Cada actividad involucrará a parte del personal de las propias organizaciones miembro del consorcio. Es decir, que miembros de cada una serán formadores de los futuros formadores online. Una vez se comience la prueba piloto de la plataforma, se invitará a más instituciones a ofrecer “formación profesional y universidades” de cada país que participa en el consorcio para los “eventos finales” del proyecto.
La parte española desarrollará, junto al resto de socios, los contenidos de la formación a los formadores en VR y la coordinación de los módulos de formación online. Además, añade Amorós, se encargará de organizar “sesiones de formación” de conocimientos básicos sobre VR y el uso de gafas de VR. Sumado a todo lo anterior, prevén participar en una prueba piloto de COViR.
La integrante de Fundación Equipo Humano afirma que a esta organización le avala “su experiencia en el desarrollo de contenido formativo online y e-learning”. Aunque también tiene un extenso bagaje en la formación de habilidades transversales: liderazgo, creatividad, espíritu empresarial o gestión del tiempo están entre esas.
“Metaformadores”
De todo lo que se puede derivar del proyecto, están también las salidas laborales emergentes. Con “nuevas formas” de atracción del talento, selección de personal, contratación y retención dentro de estos entornos de trabajo virtual. Por este motivo, Amorós concluye advirtiendo que “ya se está experimentando un aumento de la demanda” de personas con conocimientos en realidad virtual. A estos profesionales se les exigirán competencias tanto técnicas como habilidades sociales para trabajar en estas plataformas. Serán lo que llama el “metaformador” o “metatrabajador”.