Hoy en día existen más de 10.000 monedas virtuales en todo el mundo y cada poco tiempo aparece una nueva. De hecho, las búsquedas del término criptomonedas y sus distintos tipos se han disparado durante los primeros meses de 2021, según datos de Google Trends, alcanzando máximos históricos. Pero este tipo de dinero no cuenta con el respaldo de los bancos centrales europeos ni goza de un marco regulatorio dentro de la Unión Europea. ¿Es esto algo negativo? No necesariamente.
El Banco de España y la CNMV ya advirtieron en 2018 sobre el riesgo de invertir en criptoactivos debido, entre otros factores, a su extrema volatilidad, complejidad y falta de transparencia que las convierten en una apuesta de alto riesgo. En febrero de este año, ambas partes volvieron a insistir en un comunicado conjunto de estos mismos riesgos. Pero la tendencia parece imparable. Por ejemplo, el bitcoin batió récords al acabar 2020 –superó la marca de los 28.000 dólares (unos 22.900 euros) y encara el rally alcista más amplio desde el que desarrolló en 2019–.
«El 10% de los españoles ya invierten en criptomonedas. Es una industria que cada vez mueve más dinero al día y confirma que estamos en medio de una revolución tecnológica del sector financiero», explica a Innovaspain Javier Sáez, Growth & Inbound Manager de IEBS. Como concepto teórico, podría definirse las criptomonedas como una moneda digital o virtual diseñada para funcionar como un medio de intercambio. Para asegurar las transacciones o envío de monedas se utiliza la criptografía, también para controlar la creación de nuevas unidades de una divisa. Es una forma de activo digital basado en una red que se encuentra distribuida en una gran cantidad de ordenadores, lo que hace que sea descentralizada. Además, no es una moneda física. Su creación está basada en una criptografía única y no depende de ningún organismo ni gobierno.
«Es difícil pensar en un futuro sin activos digitales», asegura Sáez. Cada vez son más las empresas que integran tecnologías financieras como el blockchain, las finanzas tecnológicas y las fintech en su estructura como elementos clave de una transformación de la economía y la sociedad actual. Las razones del repunte de las criptomonedas son variadas, pero una de ellas tiene mucho que ver con el factor emocional. Tras más de un año de pandemia, lo que queda de 2021 se presenta como una oportunidad de recuperación financiera y cada vez más personas perciben las criptomonedas como una alternativa real a un sistema financiero centralizado y como un buen valor de refugio para los próximos años.
Aunque el camino tampoco será sencillo. «Hace falta una gran labor pedagógica para que la sociedad entienda los beneficios de las criptomonedas y del dinero virtual en general», apunta Sáez, que desgrana algunos de los retos que España tiene en este campo. «Protección del consumidor, el propio manejo de la tecnología, la privacidad, la publicidad agresiva, el aspecto especulativo… A todo esto hay que añadirle que no todo el mundo tiene acceso a Internet, y mucho menos a un Internet rápido», sostiene.
Las diez criptomonedas principales
Bitcoin (BTC). Es una de las criptomonedas más conocidas, ya que es la pionera. Nació en 2008 y comenzó a comercializarse en 2009. Esta moneda se ha posicionado como líder en el mercado digital, aunque ha sufrido grandes altibajos y resulta complicado saber cuál será el futuro de su valoración bursátil. Bitcoin se caracteriza por su descentralización, resistencia a la censura, seguridad y naturaleza transfronteriza. Estas características la forjan como una moneda ideal para pagos internacionales o las remesas. En la actualidad se encuentra cotizando en máximos históricos, por encima de los 55.000 dólares el BTC.
Ether (ETH). Es la divisa de Etherium, una plataforma de computación descentralizada que se podría representar como un gran ordenador que está repartido en múltiples ordenadores a la vez y trabajan de forma simultánea. Esta plataforma de computación permite ejecutar aplicaciones en esta red distribuida y las operaciones se alimentan a través del Ether. El valor de esta criptodivisa alcanzó máximos históricos en febrero de 2020 rozando los 1700€ por Ether.
Binance Coin (BNB). Es la criptomoneda oficial del criptoexchange más grande del mundo, Binance. Esta moneda nació para soportar las transacciones dentro de esta misma plataforma. De hecho, podrías comprar esta moneda para pagar las comisiones derivadas de comprar otras criptodivisas y obtener un gran descuento. Los desarrolladores del Binance tratan de aumentar la importancia de su token a través de proyectos relacionados con la Blockchain que puedan ser financiados por los propios usuarios con Binance Coins.
Cardano (ADA). Representación de la conocida como 3º generación del Blockchain, que trata de solucionar los problemas de escalabilidad propios de los blockchains de 2º generación como Etherium. Durante los últimos meses, Cardano se ha convertido en uno de los activos de más rápido crecimiento en toda la industria de las criptomonedas, multiplicando su valor por más de 45 en el último año. Se distingue por utilizar principios matemáticos en su mecanismo de consenso y una arquitectura multicapa única, que lo hace destacar de otras cadenas de bloques de la competencia.
Tehter (USDT). Se trata de una moneda estable o stablecoin. Esto significa que todas las divisas de este tipo en circulación están respaldadas por una cantidad equivalente de las monedas fiduciarias tradicionales, como el dólar o el euro. Fue diseñado para construir un puente entre monedas fiduciarias y criptomonedas y ofrecer estabilidad, transparencia y cargos mínimos por transacción a los usuarios.
Polkadot (DOT). Podría definirse como un protocolo de Blockchain que trata de conectar las diferentes blockchains existentes a una cadena de bloques universal. Es uno de los mayores problemas actuales del blockchain, la no interoperabilidad entre las diferentes cadenas (Bitcoin, Etherium,…). Al igual que la mayoría de los otros proyectos de infraestructura de blockchain, Polkadot tiene su propio token nativo. El valor de la criptodivisa DOT se ha multiplicado por más de 12 veces en el último año, alcanzando máximos en marzo de 2021 por valor de 33€ la moneda.
Ripple (XRP). El objetivo principal de Ripple es conectar bancos, proveedores de pagos e intercambios de activos digitales, permitiendo pagos globales más rápidos y rentables. Al igual que el Bitcoin, el Ripple es un sistema totalmente seguro y encriptado cuya información de las transacciones son públicas, pero no la información del pago. Es un sistema confidencial donde emisor y receptor son los únicos que disponen de la información y el código que la desencripta.
Uniswap (UNI). Un complejo software que se ejecuta en la blockchain de Ethereum y permiten realizar «swaps» (intercambios) descentralizados. Funciona con la ayuda de unicornios. En Uniswap, los traders pueden intercambiar tokens de Ethereum sin necesidad de confiar sus fondos a nadie. Paralelamente, cualquiera podrá prestar sus cripto a unas reservas especiales denominadas liquidity pools. A cambio de proporcionar dinero a estas reservas, se ganarán unas comisiones. El token de Uniswap ha multiplicado su valor x10 en el último año alcanzando máximos históricos por valor de 28.64€ el token.
Litecoin (LTC). Creada por el exempleado de Google Charlie Lee en 2011, el Litecoin fue lanzado como una alternativa al Bitcoin. Tiene un límite superior al Bitcoin y actualmente existen cerca de 60 millones de Litecoin en circulación. Por este motivo, son muchos los expertos que apuestan por esta criptomoneda en el futuro.
Chainlink (LINK). Chainlink se ha convertido en uno de los proyectos más utilizados del ámbito de las criptomonedas. Se trata de un servicio de oráculos descentralizados capaz de aportar datos externos a smart contracts de Ethereum. En otras palabras, conecta blockchains con el mundo real. El token o la moneda de esta red (el LINK) multiplicó su valor x13 en el último año y alcanzó máximos históricos en febrero a más de 29€ la moneda.