En el equipo de bound4blue, Cristina Aleixendri (Barcelona, 1991) es la única ingeniera. Una tendencia habitual en la ingeniería naval, campo en el que está especializada la startup. A pesar de que el porcentaje de hombres es muy superior, a Aleixendri nunca le ha faltado motivación para progresar en su carrera profesional. Como representante de una nueva generación de ingenieras que quiere romper con los prejuicios del pasado, asegura que para acabar con el llamado 'techo de cristal' de las mujeres no solo es suficiente con educar. "La motivación juega un papel igual de prioritario. Las mujeres tienen que perder el miedo a darse a conocer".
Su startup ha desarrollado un sistema de velas rígidas, plegables y autónomas para ser integradas en una amplia gama de buques. Se trata de un sistema de propulsión complementario que proporciona grandes empujes gracias al viento. Esto permite reducir la potencia del motor y, por consiguiente, un ahorro de combustible y de las emisiones contaminantes asociadas de hasta un 40%. "Nos propusimos desde el principio abanderar la sostenibilidad del sector", asegura Aleixendri.
Los 16 barcos más grandes del mundo generan tantas emisiones de azufre como toda la flota mundial de coches. Pese a que las regulaciones para reducir las emisiones contaminantes de CO2, SOx y NOx están siendo reforzadas por actores de relevancia como la Organización Marítima Internacional o la Unión Europea, Cristina Aleixendri y su equipo consideran que el momento actual requiere de tecnologías que sean sostenibles tanto a nivel medioambiental como económico, especialmente porque las regulaciones forzarán a los armadores y operadores a usar un combustible de mayor calidad pero con un coste más elevado como el MGO (Gasoil Marino). La consecuencia: un impacto negativo en los costes operativos.
"Antiguamente se navegaba con velas de telas. Habíamos estudiado las alas de los aviones y pensamos: ¿qué mejor aliado para la industria que el viento para propulsar los buques?", explica Aleixendri. El origen de bound4blue se encuentra en 2006, cuando un un grupo de ingenieros aeronáuticos imaginaron una flota de embarcaciones propulsada por velas para la producción de energía renovable mediante la electrólisis del agua marina. Sin embargo, dieron cuenta que no existía ninguna vela capaz de generar el empuje necesario para que el sistema fuera eficiente en coste con los métodos actuales. Este contexto motivó el nacimiento de la startup.
El diseño de un sistema de vela rígida más parecida al ala de un avión que a una vela convencional se ha convertido en la gran innovación de bound4blue. "Usado como sistema de propulsión complementario es perfecto para reducir el consumo de combustible y las emisiones del transporte marítimo", apunta Cristina Aleixendri. La ingeniera considera que España debe invertir más recursos y financiación en proyectos relacionados con la industria. "Es un sector que genera puestos de trabajo de alto valor añadido", zanja.