La UPV presentó hace dos semanas el proyecto Criteria Taronja con el que pretende conocer qué zonas de las ciudades son donde más inseguras se sienten las mujeres y, de este modo, prevenir la violencia de género. Así, la Universidad Politécnica de Valencia, con la ayuda de la Consejería de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat Valenciana, se encuentra trabajando en este geoportal que ya se está desarrollando en varias ciudades.
La primera es Valencia, donde se está realizando el proyecto piloto, si bien también se está desarrollando Dublín (Irlanda), Sofía (Bulgaria), Toluca (México) y San Francisco (Estados Unidos).
El objetivo, como indican en su propio dossier, es “generar un estándar para la identificación de espacios urbanos que permitan diseñar e implementar transformaciones políticas y prácticas necesarias en materia de prevención de violencia de género, en el supuesto en el que no exista vinculación previa entre el agresor y la víctima”.
Cómo funciona
Criteria Taronja, que recientemente pidió la colaboración de la comunidad universitaria, sobre todo de mujeres estudiantes, para que aporten sus experiencias -a través de un sencillo formulario- y así crear más datos, permite que cualquier usuario haga sus consultas y pueda interactuar con el geoportal. De hecho, se pueden elegir varias variables para afinar el análisis.
Sobre la utilización de la tecnología geoespacial, desde la UPV señalan que es la mejor para actuar sobre distintas metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 5, como “poner fin a las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas identificando áreas de riesgo o mejorar el uso de la tecnología instrumental (…) facilitando a las ciudadanas herramientas que les permitan ver en tiempo real el riesgo potencial de violencia de género en sus calles”.
Se podría decir que tiene dos partes: una, la consulta cartográfica, y otra, la cartografía participativa, condición indispensable para aumentar datos. “A partir del análisis de datos geoespaciales cuantitativos que integran diversas fuentes oficiales (Open Data), se lleva a cabo un riguroso análisis estadístico de las variables. Además, se emplea el método Analytical Hierarchy Process (AHP) para determinar los pesos de estas variables”, explican de la primera.
La política de datos de Europa ayuda
Ana Anquela, es la investigadora de la UPV responsable del proyecto Criteria Taronja. En el la información proporcionada por la universidad, Anquela recuerda que el proyecto “actúa en la prevención de violencia de género callejera, en los casos en que agresor y víctima no tienen vinculación previa”.
Asimismo, según ella, Europa tiene una política de datos abiertos que “facilita la modelización de la percepción de seguridad, a través de información cuantitativa sobre infraestructuras, socioeconómica, tráfico en tiempo real… Sin embargo, los datos sobre criminalidad están restringidos, así que los hemos tenido que solicitar”.
Por otro lado, en cuanto a Estados Unidos, las políticas de protección de los datos son más “relajadas” y la geolocalización de los delitos está disponible a la ciudadanía. Por su parte, en Toluca, en México, “es necesario intensificar la recopilación de información mediante ciencia ciudadana, ya sea a través del análisis de sentimientos en datos de redes sociales, la participación de grupos voluntarios, mediante mapatones, o utilizando técnicas informáticas como el web scraping [recopilación automática de datos de páginas web]”.
Sobre las posibles comparaciones, Anquela adelanta que, por la información con la q1ue disponen en Criteria Taronja, Valencia” es una ciudad muy segura, que contrasta con Toluca donde las estudiantes están reportando abundantes experiencias de sentimiento de inseguridad o acoso callejero cerca del campus universitario”.