Cada año (y van siete), Cruz Roja demuestra su compromiso con poner la innovación al servicio de los que más lo necesitan a través de los Premios Tecnología Humanitaria. Tras cerrarse el plazo de inscripción el 14 de septiembre, el jurado, integrado por representantes de grandes tecnológicas como Orange, Telefónica o Huawei, se reunió el pasado viernes para determinar los proyectos ganadores en tres categorías: Impacto, Impulso y Cruz Roja. Los galardonados se darán a conocer durante la celebración de 4YFN Barcelona en el Mobile World Congress 2023.
“Esta edición es un poco más especial”, asegura Ángeles Durán, directora de Sistemas Tecnológicos Digitales de Cruz Roja. En una entrevista con Innovaspain, la experta alude a cómo este año han compartido la convocatoria en la plataforma Red Social Innovation. Se trata de un espacio de intercambio de ideas y buenas prácticas del que forman parte las Cruces Rojas de todo el mundo. “Esto ha provocado que el 50 % de los proyectos que hemos recibido sean internacionales”, añade Durán.
Precedentes de alto nivel
En la pasada edición de los Premios Tecnología Humanitaria, la iniciativa Trésdesis, de la ONG Ayúdame 3D, fue reconocida por sus prótesis de brazos y manos impresas en 3D. “Son destinadas a personas con malformaciones o que han sufrido una amputación provocada por minas antipersona. No se limitan a imprimir las prótesis, sino que hacen llegar la tecnología y el know how a los países que lo necesitan dotándoles así de cierta autonomía”, detalla Durán.
Otro de los galardonados el año pasado fue la empresa Searching Help. Junto al equipo de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, han trabajado en una app que contribuye a la prevención del suicidio. Gracias a la inteligencia artificial, la aplicación monitoriza las palabras que emplea el usuario en su dispositivo –búsquedas, e-mails, mensajes- y determina si hay una tendencia preocupante. De ser así, profesionales y familiares reciben un aviso para poder actuar en consecuencia. “Por el momento es un piloto que sigue avanzando”, afirma la responsable de Cruz Roja.
Durán indica que para participar en los premios no es necesario que las ideas estén desarrolladas por completo, ya que el objetivo de Cruz Roja es apoyar los proyectos hasta hacerlos realidad. La experta también celebra la creciente participación de miembros de la entidad en la convocatoria. Así surgió Acción ODS, un portal web y una app desarrollados por Cruz Roja Teruel en forma de mapa interactivo donde cualquier entidad que trabaje en alguno de los objetivos de Naciones Unidas pueda ‘subir’ su propuesta y geolocalizarla. “Es solo un ejemplo, pero quizá no sepas que cerca de tu casa existe un punto de reciclaje y el mapa es una buena herramienta para informarse”.
Tecnología contra la soledad
La irrupción de la pandemia supuso un antes y un después para determinadas soluciones tecnológicas que aportaron su granito de arena en la lucha sanitaria contra el virus. También en el apartado social. Para combatir la soledad, en especial de los mayores, Cruz Roja, Amazon, Accenture y Fundación TECSOS crearon una funcionalidad específica para el asistente Alexa.
“Además de la soledad, estas personas sufren la brecha digital con más intensidad. Pensamos que el uso de la voz facilitaría las cosas, y así ha sido: pueden pedir ayuda, hacer una video llamada o escuchar música evocadora. Los dispositivos manuales no son sencillos y las manos tampoco les funcionan como antaño. Alexa aprende de las personas y de sus necesidades”, argumenta Durán.
Detrás de la tecnología siempre hay personas. Un voluntario explica a los mayores cómo funciona el sistema y mantiene con ellos vídeo llamadas de seguimiento. “La tecnología nos ayuda a llegar más lejos más rápido”. En esta línea, Durán recuerda que los drones de Cruz Roja son capaces de llevar medicación a lugares remotos, atravesar selvas y desiertos. “Pero al otro lado espera un profesional médico. La parte humana nunca debemos olvidarla, por mucho que nos terminemos acostumbrando a hablar con máquinas”.
Más compromiso
“El problema”, continúa la responsable de Cruz Roja, “es que la tecnología ayuda, pero cuesta dinero. Para disfrutar de las ventajas de Alexa es necesaria una conexión a Internet. Las tarifas actuales no son baratas y no todos los mayores pueden pagarlas. Puede que sea mucho más atractivo invertir en tecnologías para ayudar al planeta, y es importante, pero por encima de todo están las personas. Plantar mil árboles tiene más recorrido en marketing y comunicación que financiarle el acceso a Internet a cien personas. El retorno apenas se ve, aunque el impacto es increíble”.
La directora de Sistemas Tecnológicos Digitales de Cruz Roja atisba tiempos difíciles, de ahí que los Premios Tecnología Humanitaria tengan más sentido que nunca. “El mundo se complica y la situación económica y social impacta en los más vulnerables. No hay que irse muy lejos para ser testigos de que el confort de hoy puede acabarse mañana mismo. Gente de nuestro barrio o de nuestro pueblo sufre necesidades”.
Por eso Ángeles Durán incide en la importancia de poner a disposición de los demás todos los recursos que tengamos y que la tecnología sea más económica, al menos los servicios indispensables. “Tampoco pasa nada por mirar al pasado y traer de vuelta soluciones renovadas de eficiencia energética y sostenibilidad”.
Cooperación
“Hoy contamos con menos riqueza y más necesidades. Debemos crear un entorno de apoyo mutuo, y la tecnología es un elemento importante”. Durán pone como ejemplo de esta anhelada colaboración la app de Cruz Roja en la que personas sin hogar conectan con voluntarios y voluntarias para dejar sus enseres en un espacio determinado durante un tiempo acordado. “Les permite algo tan importante como ir a buscar trabajo sin portar todas sus pertenencias encima. El proyecto vio la luz después de comprobar que el 88 % de estas personas tienen un teléfono móvil. La tecnología lo cambia todo”.
En un mundo más eficiente, “donde compremos menos y reciclemos más”, Durán invita a que seamos conscientes de lo privilegiados que somos por tener agua, comida y una cama en la que descansar. “Pensemos en los que no tienen nada, construyamos un mundo más responsable, colaborativo y ayudemos. El voluntario recibe mucho más de lo que da. El retorno se multiplica por mil”, concluye la responsable de Cruz Roja.