El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), principal organismo de investigación en España y miembro del G6 de la ciencia que agrupa a las seis grandes organizaciones científicas de Europa, se ha posicionado como un referente en el desarrollo de la inteligencia artificial y su incorporación a una amplia gama de sectores, como el área de la salud, la industria o la agricultura. A través de la colaboración con empresas, la creación de spin-offs y el desarrollo de patentes, impulsando la innovación en España.
Uno de los sectores donde la IA está generando un impacto destacado es la salud. Los proyectos del CSIC están utilizando IA para mejorar diagnósticos y tratamientos, y para acelerar el desarrollo de medicamentos. Por ejemplo, la IA se emplea en el análisis de imágenes médicas para detectar enfermedades de manera temprana y con una pre- cisión nunca antes vista. Un caso concreto es la identificación temprana de sepsis a través de estos análisis, que puede salvar vidas al permitir intervenciones más rápidas.
"El CSIC no solo está investigando nuevas aplicaciones de la IA, sino que también está facilitando su transferencia al sector privado, impulsando la innovación en España"
Además, la IA está siendo utilizada en el diseño de fármacos mediante la predicción de la toxicidad y eficacia de moléculas, optimizando el desarrollo de medicamentos. También se aplica en el reposicionamiento de fármacos, una técnica que permite encontrar nuevos usos para medicamentos ya existentes, lo que reduce significativamente los costes y tiempos de investigación.
Otro ejemplo innovador es el proyecto conjunto con EUVITRO (Clínica Eugin), en el que se emplea machine learning para analizar la evolución de ovocitos y embriones, mejorando los resultados en tratamientos de fertilidad. Estos avances demuestran cómo la IA puede tener un impacto transformador en la salud humana al hacer tratamientos más eficientes y accesibles.
La industria también se ha beneficiado enormemente de la IA desarrollada por el CSIC, especialmente en el ámbito de la ingeniería y el control de procesos industriales. Un ejemplo destacado es el uso de algoritmos de IA para optimizar el rendimiento de plantas de fabricación, lo que mejora la eficiencia y reduce los costes operativos. El CSIC ha patentado un método que permite generar automáticamente algoritmos de aprendizaje automático que optimizan la operación de las fábricas, lo que resulta en una mejora tanto en la productividad como en la sostenibilidad de los procesos industriales.
La robótica avanzada es otro campo en el que el CSIC está aplicando la IA. A través del desarrollo de algoritmos de inteligencia artificial, se ha logrado que los robots puedan realizar tareas más complejas con mayor autonomía y precisión. Estos avances se han aplicado a la industria pesada, donde robots equipados con IA pueden, por ejemplo, realizar labores complejas como la construcción de infraestructuras o el mantenimiento de maquinaria en entornos de difícil acceso.
La agricultura es otro de los sectores en los que el CSIC ha demostrado el poder transformador de la IA. El proyecto AgrarIA, en el que participan varias empresas y organizaciones, busca aplicar la inteligencia artificial para mejorar la producción agraria, haciendo el proceso más eficiente y sostenible. Con el uso de sensores y algoritmos avanzados, este proyecto permite monitorizar el crecimiento de los cultivos en tiempo real, lo que optimiza el uso de recursos como el agua y los fertilizantes.
En el sector vitivinícola, el proyecto DTWINE está utilizando gemelos digitales y tecnología de IA para optimizar la producción de vino. Estos gemelos digitales simulan el proceso de fermentación del vino, permitiendo a las bodegas mejorar la calidad del producto final mientras reducen el impacto ambiental y los costes de producción.
El CSIC ha desarrollado un amplio portafolio de patentes que abarca desde dispositivos innovadores hasta métodos basados en IA que cubren sectores tan variados como el medio ambiente o la industria audiovisual. Un ejemplo notable es un dispositivo automatizado y portátil que mide la calidad del agua utilizando IA para identificar diatomeas, que sirven como bioindicadores ambientales. Esta patente es crucial para la gestión y preservación de los recursos hídricos, un aspecto cada vez más importante en la lucha contra el cambio climático.
"Hemos desarrollado un amplio portafolio de patentes que abarca desde dispositivos innovadores hasta métodos basados en IA que cubren sectores tan variados como el medio ambiente o la industria audiovisual"
Además de patentes, el CSIC impulsa la creación de empresas de base tecnológica (EBC) que llevan sus innovaciones al mercado. Entre ellas se encuentra AIQUOS, una empresa en proceso de creación que se dedicará a la monitorización del medio acuo- so mediante IA, y g2-Zero, que utiliza tecnologías cuánticas para desarrollar fuentes de luz con aplicaciones en la computación cuántica.
También Inspiration-Q que ofrece soluciones de optimización basadas en algoritmos cuánticos e IA, con aplicación en la gestión de riesgos financieros y la optimización de rutas comerciales.
A través de proyectos en áreas tan diversas como la salud, la agricultura o la industria, el CSIC está demostrando que la IA puede tener un impacto positivo en la vida cotidiana, no solo mejorando procesos y reduciendo costes, sino también impulsando la sostenibilidad y la creación de valor.