El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha presentado el demostrador de su batería de flujo redox de vanadio de 10 kilovatios de potencia y 20 kilovatios hora de energía. Esta nueva tecnología permitirá acumular energía eléctrica a gran escala, sobre todo para aplicaciones estacionarias, como el almacenamiento en viviendas o pequeños comercios. Para la institución es todo un hito, ya que si se obtuviera una batería de 50 kilovatios, permitiría extender el uso de esta tecnología al sector industrial.
Rosa Menéndez, presidenta de CSIC, ha estado en la presentación, celebrada en el Instituto de Carboquímica (ICB-CSIC), en Zaragoza, donde ha explicado que esta batería de flujo redox de vanadio se trata de una apuesta tecnológica del CSIC que tiene el objetivo de “alcanzar una mayor integración de las energías renovables y acelerar la transición energética”.
“Las baterías de flujo redox son dispositivos con una gran flexibilidad. La potencia y la energía del sistema se pueden configurar de forma independiente y un ciclo de vida largo, lo que facilita la penetración de las energías renovables en el mercado y los convierte en excelentes candidatos para aplicaciones estacionarias donde otras tecnologías como las baterías de litio no pueden competir”, ha destacado.
Además, Menéndez ha señalado que la aplicación práctica de este proyecto y su utilidad para la sociedad “son evidentes”, puesto que esta tecnología va a permitir a las empresas españolas alcanzar una posición relevante en el entorno europeo, sobre todo, ante el reto de mantener la seguridad del suministro en un sistema eléctrico descarbonizado basado en energías renovables.
Todo ello, en un contexto de creciente escasez de recursos, un aumento de las necesidades energéticas y una elevada preocupación por el cambio climático. Un contexto donde la transformación del modelo energético “constituye una de las principales prioridades para avanzar hacia una economía verde, sostenible y resiliente”.
El papel de TrasnEner+, de CSIC
Menéndez no ha querido dejar pasar la oportunidad de hablar sobre la Plataforma Temática Interdisciplinar PTI TrasnEner+, del mismo CSIC, de donde ha salido el prototipo de batería. “Consciente de la transformación energética a la que nos enfrentamos, pusimos en marcha a principios de 2021 una plataforma temática, interdisciplinar, de transición energética sostenible, con el fin de establecer una red científica relevante de investigadores de distintas disciplinas, infraestructuras, comprometida con un futuro energético limpio, sostenible e inteligente”, ha explicado.
Básicamente, su objetivo es impulsar el desarrollo de las tecnologías clave en el ciclo energético para alcanzar un sistema más asequible, un sistema fiable, competitivo y sostenible tanto social como medioambientalmente. En la plataforma, ha informado, participan en la actualidad 25 grupos de investigación pertenecientes a 15 institutos del CSIC que agrupan sus actividades en áreas temáticas como generación renovable, almacenamiento eficiente, descarbonización industrial, tecnologías del hidrógeno y electrificación.
Además de señalar que este demostrador de batería de flujo redox de vanadio se enmarca en el apartado de alta tecnología clave en la transición en el ciclo energético, con una financiación total cercana a los 4 millones de euros, Menéndez, ha querido dejar un mensaje sobre la ciencia.
“La ciencia es un lenguaje universal. Y como tal, un medio para conseguir una sociedad más cohesionada, una sociedad más fuerte que disponga de los conocimientos y las herramientas para encarar los retos presentes y futuro a los que nos enfrentamos. La transición energética es uno de los aspectos más relevantes en estos tiempos de transformación permanente que vivimos. Nuestro deber como gente de ciencia es contribuir con nuestra dedicación y nuestro compromiso a lograr un mundo cada vez más justo, informado y, en consecuencia, más libre. En definitiva, un mundo mejor para todos”, ha finalizado.