Carla Maté fue estudiante de Ciencias Biomédicas en la Universidad Autónoma de Barcelona. Cuando acababa el segundo año de esa carrera tuvo una serie de prácticas profesionales que le hicieron ver que su perfil no encajaba en los grupos de investigación, en los laboratorios. Así que la ahora fundadora de D-Sight se reinventó y enfocó su carrera hacia lo empresarial; eso sí, contribuyendo siempre a la ciencia.
“Tras una serie de trabajos entré en la unidad de investigación de Vall d’Hebron, en valorización, que no son más que esas actividades que ayudan a los procesos a llegar al mercado”, explica Maté. Básicamente, además de buscar formas de mejorar la vida de los pacientes acompañaba a los grupos de investigación en todo lo que pudiera ayudar. Fue en esa trayectoria donde lideraba varios proyectos. Uno de ellos era D-Sight.
“Mis socios y cofundadores tenían ganas de seguir desarrollando, y desde el punto de vista de trasferencia tenía sentido hacer crecer la empresa. Ese perfil, digamos, más profesional era mi parte: buscaba un nuevo reto profesional y personal y presenté mi candidatura para ser la CEO de la empresa. Y encajaba bien, así que en enero constituimos la empresa y en marzo pasé de Vall d’Hebron a esto a tiempo completo. Esto era algo que habíamos intentado impulsar y llegar aquí es un orgullo”, declara.
En qué consiste
D-Sight es una spinoff del hospital Vall d’Hebron. Esto significa que es un instrumento empresarial que se crea, a diferencia de la startup, porque procede del sector investigacional, y hay una institución publica que forma parte de su capital social. Se constituye como una empresa enfocada al descubrimiento y desarrollo para el tratamiento de enfermedades neurogenerativas para la retina.
“Desarrollamos uno de los activos que se trasfirió desde este instituto -Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR)-, un colirio para las fases iniciales de retinopatía diabética. Básicamente, es una afectación muy común en paciente diabéticos, casi todos los del tipo 1 y el 60% del tipo 2”. Produce diferentes niveles de afectación visual en estos pacientes: visión borrosa, haces de luz y empeora y puede producir ceguera.
“Es lo más común en la edad adulta y para este tipo de enfermedad no existe solución. Como paciente diabético, cuando se diagnostica esto no se te puede ofrecer ningún tratamiento, hay que esperar a que los síntomas avances para que sean tan graves para poder probar fármacos. Se hacen intravítreas, directamente en el ojo, o láser. Es invasivo y limita su prescripción y no se sienten cómodos con este tipo de enfoque. Nosotros ofrecemos algo no invasivo, seguro y eficaz”, indica la CEO y fundadora de D-Sight.
Siguen con los ensayos y aseguran que es eficiente porque es mucho más barato que las actuales y autoadministrables, ya que no se necesita ni esa derivación ni esos costes.
El futuro
De momento, ya están avanzando en el desarrollo de este colirio para demostrar y empezar a generar un track de mercado, si bien están explorando el uso de este colirio en otras enfermedades de la retina y otras neurodegenerativas, protegidas bajo su patente.
“Una de esas es el glaucoma, y muy probablemente en los próximos meses, cuando tengamos resultados -que, de momento, son favorecedores-, empezaremos su desarrollo”, adelanta.
Dentro de su visión, que es global, cualquier enfoque tiene cabida. “Queremos hacer muchos más desarrollos tecnológicos, aunque ahora hay que consolidar para poder diversificar. Nuestra idea es seguir incorporando el conocimiento y la vinculación con Vall d’Hebron y estar muy atentos a otros instrumentos disruptivos, metodologías que ayuden a mejorar la vida del paciente diabético”.