Datos abiertos en educación para la transformación social

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La formación en un espíritu crítico hace que los alumnos comprendan mejor el mundo en el que viven y les capacita para responder mejor ante los retos que plantea la sociedad. Y esto no sólo depende de ciertas asignaturas o contenidos, sino también de la metodología que se aplique. Eso es lo que defiende una investigación que ha contado con la participación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), según la cual el uso de datos abiertos en la educación impulsa la transformación social.

Fabio Nascimbeni, uno de sus autores, ha explicado que “los datos abiertos son una fuente muy grande de recursos de aprendizaje. Si se utilizan de manera pedagógicamente buena, pueden ayudar mucho a conocer el mundo”. El informe se centra en cómo el uso de estos recursos pueden ayudar a los niños inmigrantes a acceder a una educación de calidad en igualdad de condiciones, pero según este investigador, “a cualquier ciudadano, trabajar con datos abiertos, le ayuda a entender por ejemplo cómo se producen las noticias, dónde encontrar datos para ver si lo que se dice es verdad… cómo trabajar con ellos. Básicamente se trata de desarrollar lo que los ingleses llaman ‘Data Literacy’, que cada vez es más importante porque vivimos rodeados de datos que las grandes empresas están utilizando muy bien, pero nosotros no”.

La investigación, publicada en el Italian Journal of Educational Technology, se enmarca dentro de la corriente denominada pedagogía crítica, que busca convertir al alumno en un sujeto activo del proceso educativo. Y aquí, ha afirmado Nascimbeni, “los datos pueden empoderarles en el sentido de que pueden darles la capacidad de conocer a la sociedad y los fenómenos por lo que son y no por lo que nos cuentan que son”.

La clave sobre la que se debe potenciar el uso de los recursos educativos abiertos, ha defendido este investigador de la UNIR, está en las nuevas tecnologías con internet a la cabeza. De esta forma, “son accesibles para todos, no solamente gratis, de una manera que puedan también reutilizarlos y reelaborarlos”, por lo que favorecen que los conocimientos y los recursos puedan ser cada vez más. Por otro lado, “trabajando sobre esto los profesores en colaboración con los alumnos, se crea una nueva pedagogía” que va más allá del clásico esquema en el que los estudiantes deben leer y aprenderse un libro de memoria. “Ahora, con estos recursos que se pueden modificar, comentar y en teoría criticar, los alumnos se ponen más en el centro, como un actor activo y productor de conocimiento”.

Educación abierta

Éste sería el factor más importante y decisivo de lo que representa una verdadera educación abierta, que los datos y los recursos abiertos se puedan compartir y modificar. A juicio de Nascimbeni, “algo accesible que no se pueda modificar, como por ejemplo los MOOCs son simplemente un libro online, más atractivo quizás, pero si los utilizamos para colaborar y para que los estudiantes desarrollen estas capacidades de alfabetización digital, de pensamiento crítico, etc ahí es donde los recursos abiertos de verdad pueden cambiar los paradigmas”.

Finalmente, Nascimbeni ha recordado cómo recientemente la UNESCO ha recomendado impulsar el uso de los recursos y datos abiertos en la educación porque “esas dos cosas juntas, los recursos abiertos y los datos abiertos junto con una pedagogía un poco crítica, pueden de verdad representar un cambio bastante importante”.

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