Catalán de nacimiento, David Hernández realizó sus estudios de ingeniería en la Universitat Politècnica de Catalunya. Posee una dilatada experiencia de más de 10 años en banca de inversión y consultoría corporativa, en compañías como el Banco Santander y Accenture. Emprendedor por vocación (asegura que su objetivo es ayudar a la gente para cambiar las cosas), en 2011 creó la ONG Soñar Despierto. Tres años después fundó Pangea The Travel Store, donde desarrolla su otra pasión, viajar. Se trata de una agencia de viajes omnicanal que replica las pautas de negocio de otros modelos de éxito como Ikea, Decathlon o FNAC. En la actualidad es el CEO y máximo accionista de la compañía, donde desarrolla las funciones de dirección general y captación de inversión.
1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?
Para poder innovar es imprescindible estar dispuesto a arriesgar. Si uno se mantiene en la zona de confort que genera una vida sin cambios, ni riesgos, es imposible innovar. Asumes una actitud innovadora en el momento que estás dispuesto a cuestionarte tus propias creencias y paradigmas existentes, a asumir el riesgo que implica el cambio, a romper las normas establecidas.
2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?
En primer lugar, poner al cliente en el centro de cualquier proceso de innovación. Innovar por innovar no tiene sentido y cualquier iniciativa en esa dirección puede ser divertida, pero está abocada al fracaso. Para que un proceso innovador tenga éxito es fundamental que aporte valor al cliente. Por eso, antes de iniciar cualquier idea de innovación, tenemos que preguntarnos y asegurarnos de que esa innovación va a mejorar la vida de nuestro potencial cliente.
En segundo lugar, tener en cuenta el contexto temporal. Una buena iniciativa innovadora puede fracasar si se lanza un mercado que aún no está preparado para adoptarla. A lo largo de la historia hemos visto muchos casos de innovación que se han desarrollado y salido al mercado, antes de que el cliente estuviera preparado para acogerlos y han fracasado. Sin embargo, años después han sido retomados con éxito. No basta con tener una buena idea innovadora, sino que hay que analizar si es el momento adecuado para lanzarla.
Por último, una buena idea sin una buena ejecución no sirve de nada. El liderazgo, el equipo y la ejecución son claves para que una buena idea de innovación sea un éxito.
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno
A. Estar dispuesto a cuestionarlo todo. Si una persona u organización están cargados de dogmas inmutables, es muy difícil acometer con éxito un proceso innovador. Todo es susceptible de mejorar. Si partimos de la base de que lo hacemos todo bien, es imposible que innovemos y evolucionemos.
B. Apostar claramente por la innovación y alinear e implicar a la organización en el proceso. La mayoría de los cambios o procesos innovadores en las organizaciones fracasan por la falta de liderazgo y compromiso real de la organización.
C. Medir muy bien y tener muy claros los riesgos y recursos que uno está dispuesto a asumir en un proceso de innovación. Un proceso de innovación siempre implica riesgos y requiere de recursos. Hay que saber poner el límite para no ir más allá y evitar que un proceso de innovación fallido pueda llevarse por delante tu compañía.
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?
Es difícil escoger una sola. Si pudiera escoger tres, serían: el ordenador personal, internet y el smartphone. Si de estas tres tuviera que escoger una, tal vez sería el smartphone por el asombroso impacto y capacidad transformacional de la sociedad que ha tenido en un muy corto espacio de tiempo. Si bien no tendría sentido si antes no se hubiera inventado el ordenador personal o internet.
