El uso de noticias falsas para influir en los procesos electorales en América Latina está a la orden del día. Las elecciones presidenciales de Brasil en 2018, en donde se difundieron noticias falsas a través de WhatsApp, es el ejemplo paradigmático de este fenómeno, presente incluso en los procesos de países como Uruguay y Argentina, que en octubre eligen presidente.
“El impacto de las redes sociales ha coincidido con el declive de la democracia”, ha asegurado Catalina Botero, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, en la mesa de discusión que ha moderado sobre Medios sociales, desinformación y política cambiante en América Latina en la 23 Conferencia Anual de la CAF.
Este evento ha reunido a más de 1.000 líderes de distintos sectores de América, Europa y Asia, el pasado 4 y 5 de septiembre en la capital estadounidense, Washington D.C. Los mecanismos empleados por medio de las redes sociales -los bots, las fábricas de trolls, el lenguaje reduccionista, el incremento de la polarización- han sido algunos de los temas que ha planteado Botero.
Aunque la novedad no está en le existencia de la desinformación, sino en la forma en que se propaga. “La desinformación ha existido en las épocas electorales por muchísimo tiempo. Lo que pasa es que ahora esta herramienta tiene un alcance masivo, con un tuit, un clic, un link esa misma mentira que hace algunos años decían era ‘la campaña negativa’, hoy tiene un alcance que ni nos imaginamos. Y por eso tenemos algunos líderes gobernando la región”, ha subrayado por su parte, Andrea Bernal, presentadora de noticias y reportera NTN24.
Las fake news no solo aparecen durante las campañas electorales, los propios políticos se valen de este término “para desacreditar a los medios tradicionales, a los periodistas profesionales que son los que proveen a la democracia de información de calidad”, ha afirmado por su parte, Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quien ha calificado al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y al de Venezuela, Nicolás Maduro, como “declarados enemigos de las sociedades abiertas y democráticas”.
Pese a ser considerados como medios que propagan la desinformación, también se ha reconocido el lado positivo de estas plataformas. “No se hubiera producido el éxito de la primavera árabe si no hubiera sido por las redes sociales. En Venezuela, el único espacio oxigenante son las redes sociales”, ha comentado Botero.
Facebook, la plataforma que ha estado en el ojo del huracán después de haber sido acusada de difundir noticias falsas durante las elecciones de EE. UU. en 2016 y durante el referéndum sobre el Brexit, ha estado presente a través de Crystal Patterson, jefa de Alianzas, Elecciones Cívicas y Asuntos Globales de la compañía.
Patterson ha asegurado que la plataforma está tomando medidas para erradicar las fake news y minimizar su impacto en las elecciones. “Estamos trabajando en concienciar a los usuarios en mejorar su consumo de información, en cuanto a quién y por qué están mostrando un determinado mensaje”, ha explicado.
Además de abordar los aspectos políticos de la región, como la creciente desafección hacia la clase política, la inseguridad ciudadana y los grandes escándalos de corrupción, se ha hablado del bajo crecimiento de la región, que desde 2013 es solo del 1 %.
El impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China en los flujos comerciales, los tipos de cambio y los precios de las commodities de la región, ha sido otro aspecto destacado. “Más allá de los efectos coyunturales, importa significativamente el nuevo equilibrio al cual estamos arribando en el mundo y cómo América Latina se puede posicionar mejor ante los nuevos patrones de comercio que van a emerger”, ha destacado el presidente ejecutivo de CAF, Luis Carranza Ugarte.