[jet_engine component="meta_field" field="antetitulo"]

El desafío del talento

talento innovacion
Imagen de la estatua del filósofo Arthur Schopenhauer en Frankfurt.

España cierra el año en el puesto 29 de la innovación en el mundo, según el Global Innovation Index, correspondiente al año que finaliza. Que Chipre aparezca dos puestos por delante lo dice todo. Ante esta situación cabe seguir el camino del crecimiento de la inversión en Innovación, que ha mejorado este año respecto al anterior al acercarse aún más a ese 2% del PIB.

Pero no es solo la inversión la que desarrolla la capacidad de innovar, sino también la gestión del talento en la sociedad la que ayuda al desarrollo de la mentalidad innovadora. En este sentido, la legislación también ayuda y no es solo la específica, como bien señala el director general de Dow, Jon Bilbao, en un reciente post en Innovaspain, un tema, este de la innovación y el talento, que recientemente habían tratado en el Fundación I+E, de la que es miembro.

Es la educación lo que está en el centro de este debate. La educación desde la base, pero  que también afecta a la cultura de la organización de empresas y administraciones públicas, que ahora se convierten en los dos pilares sobre los que recaen el futuro más inmediato. La colaboración público-privada pasa, afortunadamente, a primer plano y la capacidad de entendimiento en vital para el aprovechamiento en el corto  y medio plazo. 

El tema no es nuevo pero no por ello hay que dejar de recordar esa frase, muchas veces repetida, que dice que “la innovación transforma la investigación en dinero; y, el dinero transforma la investigación en conocimiento”. Como se puede deducir claramente, sin talento (y presupuestos adecuados) no hay investigación y, por supuesto, no hay conocimiento. 

Por eso, tanto empresas como administraciones públicas tienen que ser conscientes para ser realistas a la hora, por ejemplo, de dar prioridad absoluta a la educación, como eje transformador del individuo frente a los retos que plantean las necesidades sociales y económicas en todas las direcciones que marquemos. 

Sobre la base de la cantidad de empleos que se quedan sin cubrir, el debate sobre el tema en la Fundación I+E, puso de manifiesto la necesidad de implementar las necesarias medidas en el mundo de la educación para cubrir este desfase que se produciendo en todo el mundo por la falta de estudiantes en materias relacionadas con estudios STEM que, además, tiene el reto de que la presencia de mujeres sea más importante de lo que es en la actualidad y España es un buen ejemplo de este desequilibrio.

Por eso, este año 2023 en el que nos estrenamos es vital, en el caso español, que crezca de una forma importante la vocación por estos estudios, que son los que promueven trabajos de calidad, como lo muestran las estadísticas, por ejemplo, en el reciente estudio realizado sobre el mundo profesional de los ingenieros promovido por la Real Academia de Ingeniería (RAI). El dato es claro: el 90% de los que terminan sus estudios tienen trabajo y sueldo superiores a la media. 

Es verdad que no solo el talento está en esta rama de la educación universitaria, pero sí que es necesario para el desarrollo de casi todos los proyectos que se nos puedan ocurrir. Y de ahí la conjunción del talento con la innovación, como demuestra la interacción entre el arte y la tecnología o el desarrollo de la Inteligencia Artificial para absolutamente toda la actividad investigadora y empresarial. No hablamos de futuro, que para eso hay que hablar de genios, hablamos del presente, que es donde manda el talento, como ya apuntó Schopenhauer hace 200 años.

Deja un comentario

Especiales