El desafío del “tercer sector”: desde el Tinder social al fin de la brecha digital

Esta iniciativa de Fundación Caja Extremadura y Fundación Botín ayuda a los colectivos más desfavorecidos de la región con nuevas soluciones
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Representantes de los tres proyectos seleccionados en la jornada de clausura de 'El Desafío Social'. (Imagen: Fundación Caja Extremadura)

El Desafío Social, organizado por Fundación Caja Extremadura y Fundación Botín, ha concluido su primera edición tal y como prometió: con nuevas soluciones que ayuden a los colectivos extremeños más vulnerables. Esta iniciativa, que ha elegido tres proyectos de entre 59 ideas presentadas por diferentes entidades sociales , se inició con la idea de apoyar al tercer sector.

El tercer sector, como analizan muchas ONG, no es el sector terciario que se marca en la típica división económica. Las entidades del llamado tercer sector no son públicas, pero tampoco privadas al uso; al menos, en esa concepción dirigida a conseguir beneficios económicos. En definitiva, son compañías dirigidas al ámbito social, con mucho voluntariado y sin ánimo de lucro.

Así, el Desafío Social ha conseguido implicar a esta parte social de la sociedad tras luchar por fomentar la colaboración entre los distintos agentes de Extremadura, “desde el sector público al privado y social, con el objetivo de fomentar el desarrollo de proyectos sociales más ambiciosos, con mayor impacto, sostenibilidad y escalabilidad que aborden problemáticas sociales con una visión más global y permitan fomentar la innovación en el ámbito social”, explicaron en la jornada final de la iniciativa.

Celebrada la pasada semana, en ella estuvo Guillermo Santamaría, consejero de Economía, Empleo y Transformación Digital de la Junta de Extremadura, que incidió en que no se pueden olvidar las desigualdades y que de ahí la importancia del ámbito tecnológico como herramienta para combatir la exclusión social.

“En Extremadura tenemos ahora un plan de digitalización que va a llevar formación a personas por todo el territorio para reducir la brecha digital y donde contaremos con entidades del tercer sector para dar tanto la formación como para recibirla. Y también tenemos un plan de talento digital donde sólo en el año 2024 formaremos a más de 1.000 personas en habilidades digitales para insertarlos laboralmente. Contamos con el tercer sector para ello”, adelantó.

Los tres proyectos ganadores

Tres iniciativas han conseguido la financiación de El Desafío Social para poner en marcha sus ideas y ayudar a los colectivos más desfavorecidos. Cada una recibirá 18.000 euros de capital semilla, así como soporte jurídico, tecnológico y de consultoría de proyecto.

La primera es Conexión Social, de Cocemfe Cáceres, Aspace Cáceres y Aspace Extremadura. Según María González, de Aspace Cáceres, este proyecto consiste en dar una respuesta a la brecha digital en Extremadura. “Lo que hicimos fue crear un proyecto que tiene formación individualizada, adaptada a todo lo que se necesita para la participación social. Elaboramos nuestros propios recursos para garantizar la accesibilidad y que no sea solo un alumnado, sino que tenga un papel reactivo en una sociedad digitalizada”.

Por su parte, España Jerez, de Conexión EO -de Aexpainba y Fundación Magdalena Moriche-, explica que este segundo proyecto es una aplicación móvil que, como si fuera un Tinder social, “conecta organizaciones no lucrativas con empresas para que hagan ‘match’ y se creen relaciones colaborativas y estratégicas”.

Por último, MiDia, de Divertea, Cruz Roja Extremadura, AFAM, Placeat y Down Mérida, es una aplicación que pretende “mejorar la independencia de las personas usuarias de la aplicación en los ámbitos de la discapacidad intelectual, trastornos neurológicos o del desarrollo y deterioro cognitivo”, indica Javier Paniagua, director del Centro Especial de Empleo Placeat y cofundador de la app. “Mejora la autonomía de los usuarios en diferentes ámbitos, actividades de la vida diaria, empleo o tiempo de ocio”.

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