En 1989 se alcanzó el pico de fallecimientos (9.344) por accidente de tráfico en España. En 2022 fueron 1.042. Las cifras, que constatan una evidente mejora, han sido proporcionadas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que cree posible que en 2050 se alcance el hito de las cero muertes en carretera. Y la tecnología va a ser el gran aliado para lograr este objetivo que todavía queda muy lejano. En este sentido, la nueva plataforma DGT 3.0 "mejorará la calidad y la seguridad de las ciudades", explica Ana Blanco, subdirectora adjunta de Circulación de la DGT.
El organismo considera que siguen produciéndose accidentes que podrían evitarse si los usuarios de la vía (automovilistas, motoristas, ciclistas, peatones...) contasen con las herramientas necesarias para conocer en tiempo real peligros que encuentren en su recorrido. DGT 3.0 busca minimizar el riesgo de sufrir un accidente al disponer de información con suficiente antelación para tomar una decisión compatible con la seguridad vial propia y del resto de usuarios de la vía.
La plataforma facilita la interconexión de todos los actores que forman parte del ecosistema de la movilidad –fabricantes de vehículos, proveedores de servicios de navegación, aplicaciones de movilidad, ayuntamientos, plataformas de transportes público, sistemas de gestión de flotas– para ofrecer en todo momento información de tráfico en tiempo real a los usuarios de la vía permitiendo así lograr una movilidad más segura e inteligente. "Vamos a tener un nuevo actor más allá del conductor. La tecnología es parte indiscutible de la movilidad actual", sostiene Blanco.
DGT 3.0. está basada en el Internet de las Cosas (IOT) entre los actores y el usuario final, que hace uso de las vías de circulación, y que estarán conectados de forma anónima tanto para proveer información valiosa a la comunidad conectada, como para consumirla con el objetivo de detectar y ser notificados de situaciones de peligro que se producen durante el ejercicio de nuestra movilidad.
Entre sus servicios, destacan la advertencia de averías en carretera y en obras, datos generados por los sensores de los vehículos, seguimiento de transportes de grandes dimensiones o los ciclistas que hay en la vida, entre otros. "La movilidad es una oportunidad estratégica para España. Pero para ello necesitamos la colaboración activa entre los actores implicados, además de marcos normativos flexibles y abiertos", concluye Blanco.