Distintas instituciones de la Comunidad Valenciana se han propuesto mitigar la soledad no deseada de las personas mayores. Para ello darán forma al proyecto DIAL. La herramienta estará basada en Tecnologías Asistivas de Voz Multiplataforma –una especie de Alexa, pero ideado para los mayores- donde la innovación apoyará al factor humano.
DIAL está inspirado en la radio, un medio de comunicación con el que los mayores están especialmente familiarizados. La herramienta incorporará un sistema de detección por medio de algoritmos. A través de la conversación con la persona mayor, la solución propuesta será capaz de detectar cuando ésta sufre una situación de soledad no deseada o corre el riesgo de padecerla. En este caso, el sistema alerta a los profesionales de atención sociosanitaria.
El proyecto será llevado a cabo por un consorcio multidisciplinar formado por Las Naves, centro de innovación del Ayuntamiento de València (UPV); el Instituto Polibienestar, de la Universitat de València; INICIATIVA SOCIAL INTEGRAL, empresa especializada en servicios de atención y cuidado a personas mayores. Todos bajo la coordinación del grupo SABIEN-ITACA, de la Universitat Politècnica de València.
Diseño participativo
Vicente Traver, coordinador del grupo SABIEN-ITACA de la UPV, explica a Innovaspain que el proyecto plantea distintos retos técnicos, “además de los que nos encontraremos por el camino”. El investigador destaca que los productos actuales, como el citado Alexa, parten de soluciones generales que sólo en segunda instancia tratan de acercarse a las personas mayores.
“En nuestro caso, lo que proponemos invierte el proceso. Partimos de las necesidades de las personas mayores sin dar nada por supuesto antes de cerrar el diseño del asistente vocal”. En este sentido, alrededor de DIAL se organizarán una serie de talleres de codiseño, donde participarán los mayores. Ellos expondrán sus demandas y habilidades cotidianas. De forma paralela, los profesionales de la atención sociosanitaria aportarán conocimiento. De este modo, la tecnología resultante será lo más afinada posible en función de sus objetivos.
La solución será responsable con los datos que gestione. “No queremos que sean propiedad de ninguna empresa, por lo que estamos optando por alternativas de código abierto donde los datos son del ciudadano y donde, temporalmente, la empresa que presta el servicio pueda acceder a ellos”, detalla Vicente Traver. Los investigadores persiguen que el asistente vial responda de manera fluida –“promoveremos especialmente la escucha activa”- tanto en valenciano como en castellano, un aspecto que, como recuerda Traver, “ni siquiera las grandes corporaciones tienen resuelto ahora mismo”.
Retos añadidos
Además de la lucha contra la soledad no deseada, las instituciones impulsoras del proyecto DIAL pretenden reducir la brecha digital que afecta a las personas mayores. Por otro lado, facilitarán el deseo que muchas de estas personas tienen de seguir viviendo en sus propias casas durante su vejez. “La herramienta será mucho más accesible de lo que sería hace unos años gracias a la madurez de tecnologías como el Internet de las Cosas, la inteligencia artificial o el reconocimiento automático de voz”, apunta el coordinador del grupo SABIEN-ITACA.
Para Traver hay otras implicaciones no tecnológicas igualmente relevantes en llevar a buen término el proyecto. “Es fundamental la aceptación por parte de las personas mayores y la usabilidad. También la gestión de protocolos y procesos que permitan la comunicación de problemas a los servicios sociales o sanitarios del municipio”. Según el investigador, estos aspectos han de evolucionar para que la solución pase del estatus de prototipo a convertirse en algo escalable y sostenible. “La idea es que DIAL pueda formar parte de las exigencias dentro de los pliegos de servicios de teleasistencia que saquen a concurso las administraciones públicas”.
Vicente Traver (UPV): «España está en una buena posición para liderar este tipo de soluciones»
En cuanto a los plazos, Vicente Traver prevé que en octubre de 2023 la solución esté validada y muy próxima al producto final. A partir de ahí, y más allá de que la solución sea generada en código abierto, el investigador admite que la voluntad es generar impacto en España, Europa y América Latina. “Estamos analizando diferentes vías de explotación que garanticen la futura sostenibilidad del producto”.
Además de la soledad no deseada, los miembros del consorcio tienen ante sí otras cuestiones que combatir. “La aproximación holística TIC-salud-innovación social no es para nosotros una tendencia, sino una obligación”, asegura Traver. Entre estos retos, el experto destaca el uso de herramientas TIC para promover y mantener hábitos saludables, aspectos que vinculan cambio climático y salud o el abaratamiento de costes y personalización de prótesis.
“Defendemos la generación de políticas públicas relacionadas con la salud (healt in all policies) de una forma mucho más precisa y personalizada. Esto llevaría a la reducción de desigualdades entre barrios o ciudades gracias al uso del Big Data o la IA”, añade. Con todo, Vicente Traver opina que España está en una buena posición para liderar este tipo de soluciones. “Existe un buen ecosistema, reconocido a nivel internacional, que involucra a la cuádruple hélice de la innovación. Sabemos que si se redujeran las barreras para facilitar la transferencia de conocimiento y la adopción de innovaciones, en especial en el marco sociosanitario, el impacto en los mayores y en el tejido productivo sería espectacular”, concluye.