Desarrollar envases inteligentes y multifuncionales a partir de biopolímeros es el eje central del proyecto europeo Dibbiopack, una iniciativa financiada por la Comisión Europea dentro del Séptimo Programa Marco en la que han participado durante los últimos cuatro años 19 socios de 10 países. La iniciativa beneficiará a los tres sectores: el alimentario, el cosmético y el farmacéutico.
El proyecto es novedoso por el papel activo que adoptan los envases, con diversas funcionalidades:por un lado conservan mejor los productos y a la vez informan con mayor detalle a los consumidores del estado de lo que hay en su interior. El reto parte de la sostenibilidad, donde la investigación y los prototipos llevados a cabo para los tres ámbitos se ha centrado en el material bioplástico (biobasado, compostable y biodegradable). Con ello, además de incidir en terrenos que presentan grandes oportunidades industriales, ambientales y sociales, se pretende avanzar en la reducción del uso y producción de envases a partir del petróleo, así como otros cauces en otros campos como los de la gestión de residuos.
De este modo, Dibbiopack ha unido a entidades e industrias de toda Europa que han abordado la formulación y fabricación de materiales y envases inteligentes (botellas para su aplicación en farmacia, tarros de uso cosmético y bandejas alimentarias) con la intención de superar los hitos normativos, tecnológicos, de mercado y medioambientales que plantea el futuro de los bioplásticos con avances como el uso de nanomateriales, que dotan a los envases de bioplástico de propiedades mecánicas y de resistencia semejantes a las que tienen los plásticos convencionales, los films biodegradables con propiedades barrera mejoradas, o sensores que cambian de color según el oxígeno que haya en el interior del envase.
El proyecto se ha estructurado en diferentes paquetes de trabajo que abarcan desde el ecodiseño hasta la difusión y explotación, pasando por las áreas de materiales, tecnologías, aplicaciones inteligentes, integración y usuarios finales. Las principales áreas han sido medio ambiente (fuentes renovables de materiales, sostenibilidad, consumo energético, reducción en el uso de materiales y ecodiseño), prestaciones (propiedades de barrera, resistencia termal y procesabilidad) y funcionalidades (seguridad, detección de oxígeno, dispositivos inteligentes antimicrobianos y trazabilidad).
Zaragoza será testigo de los resultados en el marco de la conferencia final del proyecto Dibbiopack, sede también de Aitiip Centro Tecnológico, entidad coordinadora. Los socios del proyecto repasarán todos los detalles técnicos vinculados a su planificación, ejecución y resultados, además de visitar las líneas piloto donde se han fabricado dos de los tres demostradores. Como ha adelantado Aitiip a este medio, los resultados justificarán, entre otras cosas, que la transición hacia la producción de bioplásticos en Europa representa una gran oportunidad de I+D y creación de empleo, ya que la mayor parte de las bolsas de plástico y envases que se utilizan en Europa son importados (hasta en un 90% en el caso de los más usuales para frutas y verduras).