«Una idea simpática, resolutiva y democratizadora». Así define Oriol de Pablo el nuevo ‘Diccionario Tecnológico para Abuelos’ que su plataforma Joyners acaba de lanzar con el fin de contribuir a eliminar la brecha tecnológica. La startup, que ofrece servicios socio sanitarios, recoge en esta guía las palabras más utilizadas en el día a día y a la vez más desconocidas para las personas de la tercera edad. En ella se muestran términos como ‘wifi’, ‘router’, ‘GPS’, ‘influencer’, ‘smartphone’, ‘viral’, ‘selfie’ o ‘red social’. «Parecen conceptos muy obvios y que todo el mundo maneja. Pero no es así», explica De Pablo.
De hecho, según los datos que maneja Joyners, menos de la mitad de las personas mayores de 65 años en España han usado internet en los últimos meses. Esto contrasta con la media general nacional, que se sitúa en el 84% según el Instituto Nacional de Estadística (INE). «Creíamos injusto que muchos de la generación del baby boom no entendiesen ciertos conceptos, ya que ellos han sido verdaderos innovadores en su generación y lo siguen siendo. Trajeron la democracia, modernizaron el país y continúan siendo pieza fundamental de la sociedad», agradece De Pablo.
En el diccionario Joyners explica qué significan estas palabras y cómo se pronuncian (‘güifi’, ‘feisbuk’, ‘ruter’, ‘selfi’, ‘guguel maps’, ‘escaip’…) para que, aunque no sean expertos en Internet ni en nuevas tecnologías, puedan comprender mejor las conversaciones entre sus hijos y nietos. Las definiciones que ofrece son sencillas y accesibles. Por ejemplo, el diccionario define ‘página web’ de la siguiente manera: “Internet es como un gran libro con infinidad de páginas. Esas páginas, en lugar de estar impresas en papel, contienen información sobre distintos temas, empresas, personas, etc. A este gran libro se puede acceder desde cualquier parte del mundo”.
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Aunque De Pablo reconoce estar satisfecho con los conceptos abordados en el diccionario, no declina la posibilidad de ir adaptando nuevos términos. «El mundo digital avanza a pasos de gigante y salen cada vez más palabras. Los anglicismos han llegado para quedarse y la mejor forma de aceptarlos es haciéndolos entendibles para todos».
