Un equipo de profesores y estudiantes de Ingeniería Electrónica de la Universidad Nacional (Colombia) Sede Manizales desarrolla un proyecto para detectar tempranamente tejidos anómalos en mamas. El examen podría practicarse a las mujeres con un sujetador electrónico.
Los investigadores trabajan sobre la premisa de que la presencia de células anómalas genera más irrigación de sangre, lo que se traduce en un cambio en la termodinámica de las mamas. En tal sentido, el grupo de expertos, asesorados por médicos especialistas, propone este nuevo sistema. “En compañía del profesor Jorge Hernán Estrada hemos desarrollado algunos proyectos en el campo de la electromedicina y, desde junio de 2015, trabajamos específicamente en esta iniciativa, pues queremos hacer algo desde la ingeniería para ayudar a muchas mujeres que se ven afectadas por esta enfermedad debido a su falta de conocimiento y prevención”, afirma María Camila Cortés Arcila.
Ella, junto con María Jaramillo González, forman parte del equipo investigador, desde el grupo de Redes y Distribución de Potencia (GREDyP), enfocado en la investigación de redes y calidad de la energía, bajo la dirección del docente Eduardo Antonio Cano Plata.
“Cuando hay presencia de células ajenas a glándulas mamarias, el cuerpo requiere más circulación y flujo de sangre en la parte específica donde se encuentran las células invasivas, por ello la temperatura de este órgano aumenta”, comenta la estudiante María Camila Cortés Arcila. Un software monitorea y registra, a través de dos sensores infrarrojos, la temperatura de cada seno; la información se almacena en un archivo para procesarla y analizarla posteriormente.
“No buscamos reemplazar el oficio del médico –afirma la otra investigadora, María Jaramillo González-. Con el desarrollo de esta técnica pretendemos servir como medio de prevención para detectar el cáncer de mama”. El proyecto a medio plazo es desarrollar y comercializar un sujetador electrónico, práctico y asequible para cualquier mujer. Por ahora, se cuenta con un prototipo inicial de la nueva prenda.
Medir temperaturas
La primera etapa del trabajo se llevó a cabo en julio de 2015 en el Hospital de Caldas, donde se monitoreó la temperatura a mujeres sanas durante tres minutos. Para tal fin, se utilizaron los sensores dispuestos en dos trípodes posicionados a cinco centímetros de distancia de cada seno.
En la segunda etapa, desarrollada entre octubre y noviembre del mismo año, se midió la temperatura de pacientes diagnosticados con cáncer de mama, para comparar las temperaturas diferenciales entre las mujeres sanas y enfermas.
El grupo espera contar con el apoyo del Instituto Nacional de Cancerología de Bogotá, y así convocar a un mayor número de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama, que aún no hayan sido sometidas a mastectomía, vaciamiento de ganglios ni tratamientos como quimioterapia o radioterapia, con el fin de ampliar el espectro de la investigación.