La idea es conectar el emprendimiento social de Asia con América Latina a través de las redes sociales, en concreto, Instagram y Facebook. Así nació Ancla Latam (@anclalatam), un proyecto creado por la chilena Paz Bascuñán y la mexicana Melina Bravo.
“Somos dos latinas viajando por el sur de Asia que nos dimos cuenta que existe una gran brecha entre Latinoamérica y el resto del mundo porque la gran mayoría en Latam no habla inglés”, afirma Melina Bravo. “Ahora, de primera mano, estamos buscando inspirar a la comunidad hispanohablante para que conozcan las soluciones a problemas sociales globales a través de historias, y así se motiven a emprender socialmente para el desarrollo de la región”.
Las dos fundadoras de Ancla Latam ya se han reunido con decenas de emprendedores sociales y agentes importantes del ecosistema emprendedor en Asia. Ellas se conocieron en Chile hace casi tres años, trabajando para una empresa social en zonas rurales de este país latinoamericano.
Se volvieron a reencontrar en la India hace dos meses y ya han terminado de darle forma al esqueleto de lo que será su aventura por este país, por Nepal y Bangladesh en búsqueda de emprendedores sociales, proyectos inspiradores y financiación para seguir trabajando hacia Latinoamérica.
Fue hace un año cuando Paz Bascuñán emprendió un viaje a lo desconocido para aprender y entender el mundo del emprendimiento social a nivel mundial. Dejó trabajo, familia y la comodidad de lo conocido para aventurarse en la India.
Allí se dio cuenta de que muchos de los problemas sociales que enfrentan países como Sri Lanka, Nepal o India, son muy similares a los que se ven en México, Colombia o Chile. Sin embargo, más de un 80 por ciento de los países hispanohablantes no domina el inglés, idioma principal en el que se comunican los países asiáticos hacia el extranjero. Bascuñán dejó la organización a la que llegó a trabajar a India para desarrollar una solución a este problema y en menos de seis meses Melina Bravo se le sumó.
La mexicana cumplió uno de sus grandes sueños al comenzar su emprendimiento en Chile: una casa multicultural llamada Arborigen Co-living, en Temuco. Este espacio promueve la colaboración con un enfoque en sostenibilidad.