Hersill, una pyme madrileña ubicada en Móstoles, ha multiplicado su producción de respiradores de 70 a 700 por semana. Lo ha hecho después de modificar en tiempo record sus líneas de producción con la colaboración de Escribano Mechanical and Engineering, otra pyme madrileña afincada en Alcalá de Henares. Las dos empresas han tenido, a su vez, el apoyo del Ministerio de Industria, Grupo Premo y AMETIC, asociación que agrupa a las empresas del sector de la industria digital en España y el Foro de Empresas Innovadoras (FEI), instituciones generadoras de la idea.
Este es un ejemplo de innovación abierta, donde la unión de una serie de actores necesarios para la realización de un proyecto esta vez, además, era urgente. De hecho, junto a los citados, han estado implicados también dos centros tecnológicos como Tecnalia y Andaltec, y otras 15 empresas Velantia, Fagor Electrónica, Grupo Antolín, Sekorn, desde China y Nexty en Japón, todas ellas coordinadas por Ezequiel Navarro, CEO de Premo y miembro de FEI.
La información, desarrollada en una reunión organizada por esta última institución en un webinar celebrado ayer, quería poner en valor este tipo de colaboraciones para que sean ejemplo de cómo actuar en el futuro. Luis Fernando Gascón, presidente del FEI, fue rotundo al afirmar que sin este tipo de innovaciones no hay futuro. "Las necesitamos más que nunca para salir de la situación económica que, inevitablemente, va a pasar por una crisis que ya ha empezado y que hay que reducir al mínimo para salir de ella cuanto antes".
Aprender de una situación excepcional
Alejandro Arranz aludió al éxito del Hackathon recientemente celebrado en la Comunidad de Madrid con el objetivo de contribuir a derrocar al coronavirus. Para el asesor técnico de la Consejería de Ciencia, Universidades e Innovación de las Comunidad de Madrid, la colaboración pública es absolutamente necesaria en el proceso de innovación, sobre todo, si las administraciones son capaces de desprenderse de los corsés burocráticos.
“Este ha sido uno de los momentos en los que se ha podido ver lo que es un ecosistema de innovación”, señaló Arranz. El responsable se refería a investigadores, emprendedores de diversa procedencia, edades y experiencia; empresas, universidades, estudiantes y, por supuesto, la administración. Todos colaborando con un objetivo común.
Y un tercer ejemplo. El liderado por la Celia Sánchez Ramos (Premio 'Fermina Orduña' de la Comunidad de Madrid), directora del Grupo de Investigación de Neuro-Robótica y Neuro-Computación de la Universidad Complutense de Madrid. Con el proyecto royecto CoronaVirus.com ofrecen servicios a más de 400 residencias de la Comunidad en distintos aspectos, entre ellos la compra de material.
En esta línea de colaboración, Francisco Marín, vicepresidente de la Comisión de I+D+I de la CEOE, miembro de la FEI y ex director general del CDTI, anunció la realización de un estudio sobre el impacto de las ayuda a la innovación que se realizan desde la Cátedra de Estudios de la Innovación de la Universidad Complutense de Madrid. En este sentido, destacó la colaboración con el Ministerio de Ciencia e Innovación para dar forma a las reformas pretendidas. Marín ensalzó el trabajo que realiza AMETIC para conformar un Consejo Asesor de la Industria que pueda guiar a las Administraciones.