La empresa malagueña Drivelock ha patentado el primer alcoholímetro inmovilizador inalámbrico de vehículos en España. El dispositivo, que ha sido bautizado con el mismo nombre que la empresa, nace con el objetivo de reducir el número de accidentes de tráfico por consumo de alcohol. Su principal novedad: impide arrancar el coche a quienes hayan bebido.
El pasado 6 de julio entró en vigor la Nueva Ley de Tráfico y Seguridad Vial, por la que la interfaz de conexión para alcoholímetros antiarranque es obligatoria en España para los vehículos destinados al transporte de viajeros por carretera. Drivelock ha querido alinearse en esta estrategia para reducir las víctimas mortales a la mitad en 2030 y bajar a cero en 2050. Este último es el reto más complejo que afronta la propia Unión Europea, impulsora de esta nueva normativa.
El sistema de Drivelock integra la terminal con una app móvil que permite llevar el control de alcohol en sangre (BAC) midiendo el control de aire espirado a través del aliento humano. «Es un producto tecnológico que ofrece una medición fiable y precisa en el diagnóstico de intoxicación alcohólica», corrobora José González, fundador de la empresa.
Drivelock funciona con una tecnología de sensor de celda de combustible electroquímico que analiza el aliento. El usuario sopla a través de la boquilla y el dispositivo transmite los datos al teléfono para mostrar el nivel de alcohol en sangre. El proceso se realiza frente a la cámara del móvil para poder obtener el resultado, por lo que no es posible que sople otra persona. Funciona con una batería recargable mediante un cable micro-USB, facilitando su carga en cualquier tipo de dispositivo. La nueva herramienta necesita ser calibrado una vez al año y, en base a ello, la empresa ha creado su propio centro de calibración de alcoholímetros en Málaga.
González explica que «este proyecto es fruto de la necesidad profesional y humana de innovar en virtud de la seguridad de las personas, con la finalidad de concienciar al ciudadano de los daños que puede implicar la conducción bajo los efectos del alcohol». Su empresa ya patentó hace unos años el alcoholímetro cableado en España, pero el nuevo producto, como remarca González «es un gran avance porque es fácil de instalar y adaptable a cualquier vehículo». Por ejemplo, una de sus principales ventajas es que al pasar la ITV, el usuario no necesita una ficha extra, porque al no manipular la instalación de serie no se necesita homologar una modificación en el motor.
González adelanta que el transporte escolar está siendo uno de sus clientes potenciales. «Cada vez son más las asociaciones de padres y madres que demandan al colegio seguridad en la conducción». En este sentido, múltiples empresas de autocares escolares de Andalucía ya cuentan con Drivelock en sus autobuses. El próximo paso de la empresa es fidelizar su producto con empresas de carsharing, VTC y autoescuelas o industrias del sector. «Incluir Drivelock ofrece un plus en la seguridad y tranquilidad del cliente en este tipo de empresas», valora el fundador, que revela que Drivelock tiene una capacidad de producción de 25.000 dispositivos en lo que queda de año y una previsión de distribución de 150.000 en 2023.