Objetivos 2030

Con la colaboración  de

Cosentino

Ecoescena o cómo hacer más sostenible el cine y el teatro

Esta solución ofrece a productoras la oportunidad de, a través de un asesoramiento, mejorar su sostenibilidad y reducir su huella de carbono
ecoescena sostenibilidad

Alejandro de Juanes lleva 17 años formando parte de una productora de teatro llamada Estival Producciones que ha ido combinando a la vez con su trabajo de consultor de cambio climático. Dos actividades independientes, a priori, pero que ahora, en un mundo cada vez más preocupado por la salud del planeta, cobra una relevancia especial: todos los sectores de la sociedad ya notan la importancia de llevar a cabo procesos sostenible. De ahí nace Ecoescena.

Ecoescena, de la que él es director de Sostenibilidad, es una compañía para ayudar a negocios de teatro y cine para que sean más sostenibles y reducir su huella de carbono. “En nuestra solución hay una combinación de asesoramiento, un plan de sostenibilidad conjunto: por ejemplo, en una serie de televisión podemos tomar medidas para el catering, el departamento de arte, construcción, selección de materiales, que haya productos locales… Hay un montón de cosas que se eligen en la producción que reduce la huella de carbono, una de las cuestiones más importantes”, explica.

Cómo funciona Ecoescena

Ecoescena pide a sus clientes una serie de datos administrativos, como puede ser el combustible utilizado y facturas y, por otra parte, información de la forma en la que hacen las cosas: desplazamientos, kilómetros que recorren, etcétera. “Básicamente, analizo toda la actividad. Todo esto se recoge en un software, de desarrollo propio, como una hoja de datos y se integra, calculando la huella de carbono”.

Este software, indica, es uno específico para cine y teatro. Y pone un ejemplo: una producción cinematográfica puede emitir 100 toneladas de CO2 durante en el rodaje de una película. Pero no da solo ese dato, sino que también muestra dónde actuar. Pueden ser 100 toneladas en total con origen, pero 20 son de  transporte, 10 de catering, 40 en generadores durante el rodaje… Y eso, finalmente, es lo que permite tomar medidas.

“Además, el número que nos da como resultado de la huella de carbono se da como valor absoluto, aunque también relativo, porque tienes que poder comparar con otras películas. No es lo mismo rodar el piloto de una serie que la última de Spiderman”, argumenta.

Medidas

Tras ello, en Ecoescena proponen un plan de reducción de emisiones, con medidas son ad hoc: potenciar el transporte sostenible o el vehículo eléctrico, son de las más comunes. “Podemos señalar los desplazamientos innecesarios o cómo potenciar que se usen vasos de cartón en vez de plástico. O cómo incorporar en los criterios de compra esto, que sepan que valoran que sea sostenible. Esto es lo que se transmite: es cambiar el chip y llegar a trabajar con ellos en preproducción para hacer una producción final sostenible”.

Para muestra, un botón: en otoño se estrenará Modelo 77, la nueva película de Alberto Rodríguez, la cinta que ponen de ejemplo como clientes que han calculado su huella de carbono, la han certificado y han podido reducirla, convirtiéndose un proyecto sostenible.

El papel esencial de la cultura

Por último, De Juanes indica que llevar a cabo la sostenibilidad, en sí, no es difícil. “Ni es difícil, ni es caro, ni requiere de grandes conocimientos. Hoy en día se desarrollan herramientas como la nuestra y otras para sectores donde la gente que es experta en el tema o no quiere inveritr más de lo necesario en ser sostenible puede hacerlo.

Y, en concreto, la cultura tiene un papel en la sociedad por su divulgación. El director de Sostenibilidad de Ecoescena argumenta: si consigues que la cultura sea sostenible el efecto multiplicador es enorme. Hacer sostenibles los briks de leche se puede hacer, pero eso lo sabe solo el productor. Si una obra de teatro o una película son sostenibles los espectadores se quedan con un mensaje adicional”.

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