Por primera vez se ha demostrado que el impacto de un asteroide en la península mexicana de Yucatán hace 66 millones de años provocó la acidificación de los océanos, contribuyendo a la última gran extinción en masa. En el hallazgo ha colaborado la paleontóloga Laia Alegret de la Universidad de Zaragoza.
Estos resultados ratifican que la principal causa de la extinción marina fueron los gases emitidos por dicho impacto y no el cese de la fotosíntesis por la oscuridad generada por la nube de polvo resultante, como se creía hasta ahora.
La prestigiosa revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences USA (PNAS) publica dicho estudio, realizado por Alegret, miembro del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales (IUCA) del campus público aragonés, junto a científicos de EE. UU., Gran Bretaña y Alemania.
En concreto, la investigación ha obtenido la primera medida del pH de las aguas superficiales tras el impacto de un asteroide a finales del Cretácico. La acidificación, resultante de la emisión de gases a la atmósfera, es una de las principales consecuencias del actual cambio climático, que está reduciendo el pH de los mares con gran impacto sobre flora y fauna marinas.
Precisamente, este trabajo confirma la hipótesis de la investigación en la que desde hace una década viene trabajando Laia Alegret, especialista en el estudio de fósiles microscópicos y análisis geoquímicos. Ella también participó en 2017 en la expedición internacional al nuevo continente, Zelandia, que permanece sumergido en casi su totalidad.
Frente a las hipótesis habituales
De esta forma, el impacto de un asteroide en la península mexicana de Yucatán hace 66 millones de años provocó la última gran extinción en masa, y afectó a casi el 70 % de las especies de nuestro planeta, acabando con el dominio de los grandes dinosaurios en medios terrestres. En los océanos, desaparecieron los grandes reptiles como los Mosasaurios, al igual que gran parte del plancton calcáreo que vivía en las aguas superficiales.
Las hipótesis tradicionales sugieren que tras el impacto del asteroide a finales del Cretácico, la oscuridad generada por la nube de polvo resultante impidió la fotosíntesis y cesó la productividad primaria en los océanos, provocando las extinciones sucesivas a lo largo de la cadena trófica.
Sin embargo, en 2012 la paleontóloga de la Universidad de Zaragoza Laia Alegret lideró una publicación en la revista PNAS demostrando que las extinciones en los océanos no estaban relacionadas con el cese de la fotosíntesis, proponiendo un rápido evento de acidificación de los océanos, mucho más rápido que el actual y resultante de los gases emitidos por el impacto, como la principal causa de la extinciones selectivas en medios marinos.
Ocho años después, la revista PNAS publica un estudio que demuestra por primera vez la hipótesis de la acidificación de las aguas superficiales de los océanos.