Que la evolución tecnológica redefine la forma en que interactuamos con el mundo, ya no es una novedad para nadie. Sin embargo, su evolución es tan rápida que, las normativas que se aprueban un año, un lustro después se encuentran desfasadas. Y esto es lo que le está sucediendo al sector financiero tras la llegada de la Directiva PSD2 y el Open Banking en 2018, que ha revolucionado la relación entre la banca y sus clientes, pero necesita actualizarse para poder ofrecer todo su potencial tanto a la sociedad como a las compañías.
Los datos son cada vez más importantes, tanto en el sector como en el mundo en general, por eso hoy me permito profundizar en ello y debatir sobre los beneficios que pueden aportar tanto a consumidores como a entidades financieras.
La Propuesta para la Directiva de Servicios de Pago PSD3 representa una actualización significativa de la PSD2 que busca fortalecer la seguridad, transparencia y derechos del consumidor en el panorama de los servicios de pago. Además, cabe destacar que la PSD3 realiza un cambio muy importante evolucionando del Open Banking al Open Finance, permitiendo a los proveedores de servicios financieros acceder a datos y realizar transacciones no solo relacionadas con cuentas bancarias, sino también con otros productos financieros, como los seguros, las pensiones o las inversiones.
Esto va a permitir un análisis de datos mucho más completo y holístico por parte de las entidades financieras, facilitando una oferta de servicios más integrados y personalizados para todos los clientes, mejorando así su experiencia. Y, al permitir el acceso a datos de servicios financieros más amplios, se abre la puerta a nuevas alianzas estratégicas entre bancos, Fintech y otros proveedores de servicios.
Entre las novedades más destacadas también podemos encontrar la ampliación del alcance geográfico, abarcando los pagos electrónicos transfronterizos entre el Espacio Económico Europeo y los países ubicados fuera de él, lo que implica que los proveedores deberán cumplir con las normas de la PSD3 al operar fuera de Europa. Este aspecto también influirá en la gran cantidad de nuevos datos que recibirá y tendrá que analizar el sector, por lo que la protección y el uso de los datos será una necesidad cada vez más importante. Por ello, la PSD3 establecerá un marco común para la supervisión y el control de los proveedores de servicios de pago, simplificando procesos regulatorios y fomentando la cooperación entre autoridades competentes, lo que va a disparar el potencial de las Fintech entre la banca tradicional.
En este sentido, la PSD3 va a generar un impacto positivo en el sector financiero al implementar medidas que mejoren la competencia en el sector, permitiendo la participación de diversos actores que a día de hoy funcionan de manera más autónoma. De este modo, se logrará impulsar la innovación y diversidad de opciones en un mercado muy competitivo, fortaleciendo así el ecosistema bancario y mejorando la experiencia para los consumidores.
Pero, a pesar de los innegables beneficios que presenta la PSD3, es necesario tener en cuenta los desafíos que las entidades financieras enfrentarán durante el proceso de implementación, ya que necesitan estar preparadas para ajustarse rápidamente a los cambios tecnológicos y regulatorios. Por ello, el principal reto que enfrentará la banca tradicional radica en las inversiones necesarias en tecnología y capacitación. La adaptación a los nuevos requisitos de autenticación, así como la expansión de servicios en el marco de Open Finance, requerirán inversiones sustanciales en tecnología e inteligencia artificial para todo el análisis de datos. Además, la capacitación del personal se volverá esencial para garantizar una transición fluida y aprovechar plenamente las oportunidades que la PSD3 ofrece.
Podemos afirmar que las alianzas entre banca tradicional y Fintech especializadas también crecerán para poder dar respuesta a estas nuevas necesidades. En un contexto donde la línea entre lo tradicional y lo tecnológico se desdibuja, PSD3 representa una oportunidad para moldear un futuro financiero más interconectado, competitivo e innovador, donde los consumidores tengan el verdadero control de sus datos y la capacidad de tomar decisiones informadas sobre sus finanzas.
Las entidades financieras que adopten la directiva óptimamente liderarán la revolución Fintech, ofreciendo experiencias financieras seguras, personalizadas y alineadas con las expectativas del siglo XXI. La transición hacia un futuro más tecnológico es inevitable, y PSD3 es el pilar que sustenta este viaje hacia la redefinición de la banca tradicional.