movilidad transporte

2011, un año antes de los Juegos Olímpicos de Londres. El transporte público de la capital sufría de saturación, algo habitual en las grandes ciudades del mundo. En poco tiempo recibirían de tres a cuatro millones más de viajes al día y la presión social –liderada por los tabloides británicos– no se hizo esperar. "¡Aumenten la capacidad! ¡Pongan más autobuses y trenes!", se reclamaba en la calle. Nada de eso ocurrió, pero por extraño que parezca el transporte público no colapsó y los Juegos fueron un éxito en este sentido.

La estrategia de movilidad por aquel entonces se basó en cuatro pilares: reducir los viajes que se pudiesen evitar, llevar a horas distintas los desplazamientos, modificar los itinerarios y apostar por modos diferentes de movilidad sostenible (por ejemplo, el uso de la bicicleta durante esas tres semanas aumentó significativamente).

"La inteligencia colectiva es más potente de lo que pensamos", explica Antonio Lucio, representante de la plataforma El Día Después. Este concepto, aplicado a la movilidad, está basado en la colaboración entre los gobiernos y las empresas con el fin de evitar aglomeraciones en plena pandemia. Para Lucio, "las innovaciones de los pequeños municipios pueden servir de referente también para las áreas metropolitanas".

De hecho, el responsable considera que la implicación con el transporte público como sociedad tiene mucho de paralelismo con la sanidad pública y la conciencia social. "Debemos aplanar la curva de demanda del transporte público optimizando al máximo su capacidad. Para ello, además de llevar viajes a las horas valle [lo contrario de las horas punta], es vital el papel de las empresas a la hora de modular los flujos laborales".

Luis Costa, responsable de Movilidad Sostenible de Decathlon, considera que desde la empresa privada el trabajo con la Administración Pública, además de con otras empresas, deberá ser más intenso si se quiere acabar con la citada curva del transporte público. Aunque para Costa "el modelo de transporte está lejos de ser el ideal para un país como España", sí cataloga al transporte público como "un transporte seguro y eficaz". La clave, una vez más, pasa por gestionar la demanda.

"En el último año hemos visto un boom de la movilidad sostenible. Si bien el transporte privado ha aumentado fruto del miedo por el coronavirus, nuestro deber como empresa que, por ejemplo, vende muchas bicicletas y patinetes, es hacer atractivo este tipo de transporte", añade Costa. Hasta que llegó el COVID-19, la reducción del vehículo privado era un elemento central en la lucha contra el cambio climático, como pudo comprobarse en la COP25.

Felipe Díaz, de la Asociación de Empresarios de Alcobendas, lo sigue considerando clave. Aunque no usando restricciones. "Debemos utilizar estímulos favorables y no restringiendo zonas. "No solo hay que dar una alternativa al trabajador, sino varias", expone. En este sentido, Díaz destaca las llamadas lanzaderas que su asociación lleva años impulsando junto al Ayuntamiento para facilitar la movilidad a los parques empresariales.

Antes del COVID-19, entraban a trabajar 70.000 personas al día a Alcobendas. El 70% lo hacían con vehículo privado. "La movilidad empresarial es un eje estratégico para nuestra ciudad. Actualmente el 80% de los empleados de Alcobendas están teletrabajando, pero esta situación irá descendiendo y tendremos que buscar soluciones. Además de las lanzaderas tenemos que seguir apostando por un transporte multimodal", opina Díaz.

¿Tiene solución el miedo?

Paz Amor, jefa de área Coordinación Dirección e Innovación de RENFE, revela que han notado considerablemente una bajada de usuarios desde que terminó el confinamiento. "El teletrabajo ha sido un factor, pero especialmente el miedo". ¿Pero tiene solución lo segundo? "El índice de contagio registrado en los trenes no llega ni al 1%", expone Amor. Aunque el factor psicológico le está jugando una mala pasada a la principal operadora ferroviaria en España.

Por ello desde RENFE trabajarán en los próximos meses en recuperar la confianza en el ferrocarril. "La gente ha visto que la calidad del aire ha mejorado en los últimos meses. Debemos unir esta realidad a nuestra filosofía: somos el medio de transporte más sostenible", cuenta Amor. En paralelo, RENFE seguirá impulsando la intermodalidad en el transporte, especialmente de la bici. Esto supondrá: medidas para facilitar el transporte de bicicletas en los trenes, el acceso a las estaciones y el fomento del transporte de bicicletas en zonas y períodos donde se concentren actividades cicloturistas.

* Esta información ha sido elaborada en base a la jornada online 'Movilidad sostenible y segura en el contexto del COVID-19', organizada por Connected Mobility Hub y Ciclogreen

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