El Foro de Empresas Innovadoras (FEI) y la Universidad Complutense de Madrid han anunciado la creación de la Cátedra Extraordinaria de Estudios de la Innovación (CESIN), que será dirigida por el Catedrático de Economía Aplicada, Estructura e Historia de la Facultad de Económicas de la citada Universidad, con la perspectiva estratégica de estudiar y fomentar el desarrollo de actividades innovadoras. Además, tiene como objetivo concentrar los esfuerzos en el estudio y evaluación de las políticas públicas de fomento de la I+D+i en las empresas y el impacto real que tienen en su comportamiento tecnológico, estratégico y competitivo.
CESIN está sustentado por una importante red de investigadores procedentes tanto de entidades españolas (UCM, UPM, CSIC, UAM, Universidad de Santiago de Compostela, INGENIO, Universidad de Salamanca, Universidad de Sevilla), como de entidades de otros países. “Lo importante es medir el impacto social de las políticas de innovación y reflexionar acerca de si tienen el efecto que deseamos para que la sociedad sea mejor”, dijo el Catedrático José Molero.
En el acto de presentación, Luis Fernando Álvarez-Gascón, presidente del FEI y director General de Secure e-solutions de GMV, apeló en su intervención a la innovación como herramienta para asumir los grandes retos de nuestra sociedad. “La innovación no está en los primeros temas de debate de la política española, y cuando lo está, aparece de forma desarticulada de los desafíos que tenemos por delante. La innovación es la solución al empleo de calidad, al progreso y el bienestar social, a nuestro sistema de pensiones, es el conocimiento puesto en acción”, dijo.
El FEI considera que es una acción necesaria y urgente. Por ello, propone la puesta en marcha de un pacto de estado, en donde la innovación ocupe el lugar que le corresponde, así como la reindustrialización del país. El sector público tiene en ello un papel fundamental pero no se circunscribe solamente a la financiación. Ha de tener un rol de liderazgo en la sociedad española, al que debe también concurrir el sector privado y la Universidad.
En el mismo acto también se presentó el libro “Innovación Tecnológica y Empleo”, cuyos autores, los profesores Gonzalo León, José Varela y Jaime Laviña, analizan tanto el impacto que la robotización y digitalización de los procesos del trabajo están ejerciendo y ejercerán de forma directa en un futuro próximo en el empleo, como en el diseño de políticas gubernamentales para abordar esta realidad, y proponen soluciones a debatir.
El FEI ha editado este ensayo, en colaboración con el sistema educativo e investigador, como herramienta de análisis, proponiendo soluciones para aprovechar las oportunidades de desarrollo económico y social de esta transformación, minimizando sus riegos.
Luís Fernando Álvarez-Gascón, presidente del FEI, insistió en la apuesta por la innovación para mejorar en competitividad y generar empleo de calidad sostenido en talento. La tecnología ha traído siempre prosperidad. Algunos economistas atribuyen el 80% de la diferencia entre países ricos y pobres al uso del conocimiento. Si bien la irrupción de la tecnología en la sociedad es siempre positiva, estaríamos ciegos si no contempláramos otros fenómenos negativos como es el riesgo de la desigualdad. De ahí la necesidad de presentar soluciones frente al impacto de las nuevas tecnologías en el empleo.” Es urgente-comentó Álvarez-Gascón-, que las instituciones articulen nuevas políticas, estímulos al mercado de trabajo, a la formación continua y al sistema educativo universitario y de formación profesional”.
Como mencionó Cándido Méndez, autor del prólogo del libro, “ante la revolución tecnológica debemos tener en cuenta el factor de la velocidad de los cambios y su expansión. Para mí el aspecto más relevante de la innovación es cómo reconducimos la revolución digital en el bienestar de las personas, sin perjuicio de la productividad”.
Sobre el tema, la FEI recomienda: 1) la monitorización desde todas las instituciones del impacto de la tecnología sobre la actividad laboral; 2) un Plan Nacional de Inclusión Tecnológica de todos los ciudadanos/as, para evitar la brecha digital sin dejar a nadie atrás; 3) establecer por parte de las Administraciones Públicas programas de incentivación de la formación continua en habilidades digitales, tanto para las organizaciones empresariales como a nivel individual para los trabajadores, asegurando su empleabilidad futura; 4) la incorporación del derecho y la obligación de formación continua a la legislación laboral, computada dentro de la jornada laboral; 5) la reducción paulatina de la jornada laboral a medida que el empleo se vaya automatizando, compatibilizando por un lado la productividad y competitividad de las empresas, y por otro, la calidad de vida de los trabajadores y sus expectativas de empleabilidad.