La Universidad de Deusto ha presentado en Madrid la VI edición del Premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga. La sede de Deusto Business School (DBS) reunió a representantes de la administración, la empresa y la educación implicados en un galardón que, como ha recordado el Decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto, Asier Perallos, tiene entre sus objetivos fomentar vocaciones entre las más jóvenes a través de la visibilización de mujeres referentes en ciencia y tecnología.
Hasta la fecha, el Premio Ada Byron ha reconocido a María Ángeles Martín Prats, Regina Llopis, Nuria Oliver, Asunción Gómez y Montserrat Mella. Las nuevas premiadas se darán a conocer durante la ‘Semana de la Ingeniería y la Tecnología de Deusto’, que se celebra en Bilbao a mediados de mayo.
“Estamos orgullosos de haber sido pioneros en el impulso a este tipo de iniciativas y en despertar determinadas sensibilidades”, ha señalado Perallos, que aludía a la “buena salud” del galardón -el pasado año rozó el centenar de candidaturas- como una de las razones que ha animado a la organización a ir un poco más lejos y a incorporar un par de novedades respecto a ediciones anteriores. En primer lugar, habrá espacio para una segunda premiada, menor de 35 años (las candidaturas están abiertas también hasta el próximo 5 de abril) y, por otro lado, el Premio Ada Byron cruza el Atlántico y tendrá una réplica en México tras concretarse el acuerdo con la Universidad Iberoamericana (La IBERO) en Ciudad de México y Puebla.
En la presentación, Pilar López, presidenta de Microsoft España (una de las compañías que ha impulsado el Premio Ada Byron) y Mª Ángeles Martín Prats, premiada en la edición 2018, fundadora de Skylife Engineering y profesora e investigadora en la Universidad de Sevilla, han dialogado sobre los avances en la reducción de la brecha de género en al ámbito STEAM sin olvidarse de dónde hay que poner el foco para abordar las muchas tareas pendientes.
López se ha declarado “optimista y realista”, satisfecha con “el inmenso talento femenino que nos inspira cada día” y con la relevancia que está adquiriendo en todos lo ámbitos la necesidad de un mayor protagonismo de la mujer en la esfera científica-tecnológica. La directiva ha repasado algunos datos poco alentadores. Según la UNESCO, en las carreras STEAM, sólo un 35% de los alumnos son mujeres; en España la situación es aún más grave, con un 20% de matriculadas, y sangrante en el caso de la Ingeniería Informática, con un 12% de chicas en las aulas.
Este déficit en una fase clave choca con las buenas prácticas de empresas como Microsoft. “Trabajando mucho, en España hemos logrado un 37% de mujeres en plantilla (el doble de la media del sector) y un 42% en el comité de dirección, pero no hay suficientes mujeres para cubrir todas las plazas que nos gustaría”, ha añadido López, que entiende que la brecha tienen un origen de base, en los mensajes transmitidos a las niñas. “Hasta los 11 años, niñas y niños tienen la misma consideración hacia las matemáticas y obtienen unas notas similares, pero después ellas pierden el interés, y eso tiene que ver con las señales que reciben desde su entorno más próximo”.
Este ‘bloqueo’ es más acusado en Europa que en otras geografías, con los países emergentes como abanderados, donde en un ejercicio de practicidad han comprendido mejor que la vieja escuela y los modelos clásicos tienen que adaptarse a una nueva realidad. Mª Ángeles Martín apuntaba cómo en Kuala Lumpur hay ingenierías con un 50% de chicas. “Me explicaron que la causa está en que se trata de universidades nuevas, estructuradas en base a lo mejor de cada modelo académico y que las propias familias son las que impulsan a las jóvenes a optar por la carrera que tenga mejores salidas profesionales”.
En la misma línea, Pilar López ha invitado a rebajar el perfeccionismo que muchas veces las madres exigen a sus hijas o las pretensiones de ciertas escuelas de ingeniería “que parecen diseñadas para súper dotados” y acaban espantando a gente válida. “A las chicas les diría que si les gustan las ciencias y las matemáticas vayan a por ello. Conviene no olvidar que hoy hay muchas formas de cambiar el mundo más allá de las tradicionales, como la Medicina, con todos mis respetos para estos profesionales, y que la cura del cáncer y otras enfermedades está también en manos de los expertos en Big Data o Inteligencia Artificial.
Como explicaba Iñaki Ortega, director de DBS, según el último Global Entrepreneurship Monitor, elaborado por Deusto, poco a poco se está equiparando el número de emprendedores y emprendedoras; y desde el CSIC apuntan que en España tenemos más investigadoras que la media europea. Por contra, si en los años 80, en Estados Unidos un 42% de los trabajadores de las ciencias de la computación eran mujeres, hoy representan un escaso 20%. “En algunos aspectos no sólo no avanzamos, sino que damos pasos hacia atrás”, añadía Ortega.
Otro foco de preocupación tiene que ver con que entre las mujeres licenciadas en carreras STEM, sólo un 30% se dedica a tecnología frente a un 70% de los hombres. Un porcentaje sobre el que Pilar López entonaba el mea culpa en nombre de su corporación y por ende de muchas otras. “No debemos ser empresas tan atractivas para trabajar cuando tanto talento no cuenta con nosotros”.
La directiva ha explicado cómo en Microsoft tratan de darle la vuelta a la tortilla. “Flexibilidad, meritocracia, un marco que permite trabajar desde cualquier parte o medidas de conciliación que van más allá de los requerimientos legales nos hacen atractivos para el talento en general, no sólo femenino y a la vez contribuimos a un cambio social, más profundo”.
En el caso de Skylife Engineering, la compañía fundada por Martín Prats en 2011, donde la ingeniera admitió “haberlo puesto todo”, las cosas se hicieron de forma distinta a lo habitual desde el principio. “Nacimos internacionales, diversificados en clientes y sectores, conectados directamente con la universidad, pero también con un organigrama matricial, más operativo y justo, pese a que ‘salir’ de la pirámide no es nada fácil”.
El Premio Ada Byron 2018 opina que “para llegar lejos hay que hacer cosas complicadas y diferentes” y que el talento y la tecnología son básicos en una ecuación donde se tiende a olvidar parte de la fórmula. “En Europa estamos perdiendo valores y ética, los hemos vendido, y sin esa humanidad nos será complicado avanzar”.
El Premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga está patrocinado por Microsoft, la Diputación Foral de Bizcaia, IK4 Research Alliance y el Instituto Vasco de la Mujer - Emakunde.