NEIKER-Tecnalia -el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario- ha puesto en marcha el proyecto Traditom, que tiene como objetivo seleccionar e identificar genéticamente las mejores variedades tradicionales de tomates del País Vasco. La iniciativa busca poner en valor el producto local y proporcionar a los agricultores un tomate de gran calidad y productividad y con alto valor culinario, con el fin de satisfacer la creciente demanda de tomates de variedades tradicionales. Para ello, los especialistasdel centro tecnológico investigarán la colección de tomates tradicionales de Euskadi que se conserva en el banco de germoplasma de NEIKER-tecnalia.
“El proyecto nace motivado por una demanda del consumidor que es cada vez más creciente, ya que buscan calidad y sabor en las hortalizas, y concretamente en los tomates”, ha explicado Patrick Riga, jefe del proyecto e investigador del área de horticultura de NEIKER-Tecnalia. “Desde hace 3 o 4 años es común encontrar variedades de tomates tradicionales en los mercados, y más en Euskadi, una tierra con todas las capacidades”. Tanto es así que los consumidores apuestan cada vez más por hortalizas cercanas, genuinas y con sabor auténtico, pero los productores no siempre pueden cubrir esta demanda. Esto se debe a que las variedades tradicionales presentan una serie de problemas, a los que NEIKER-Tecnalia busca una solución.
El primero de ellos es que cada una de estas variedades presenta una gran variabilidad en su aspecto externo, calidad sensorial y productividad. Además, no son especialmente resistentes a las enfermedades más comunes e importantes, como son las virosis. Los investigadores del centro tecnológico buscan una solución a estos problemas mediante la selección genética de las mejores variedades tradiciones vascas. La selección se llevará a cabo teniendo como parámetros principales la calidad organoléptica y la aceptación del consumidor. La caracterización genética permitirá, además, definir de forma concreta cada variedad, lo que hará posible distinguirla de forma eficaz y práctica de otras variedades tradicionales o comerciales que presenten tipos morfológicos similares.
“Se ha producido todo un movimiento social en torno a los productos locales; hay una enorme concienciación sobre lo que representan: autenticidad, respeto medioambiental, sabor…”. La resistencia a enfermedades será otro de los parámetros que se tendrá en cuenta a la hora de seleccionar el material genético. Concretamente se investigará la incidencia de los dos principales patógenos del tomate, como son el Virus del Mosaico del Tomate (ToMV) y el hongo Phytophthora infestans, que limitan su rentabilidad económica. La selección y mejora genética de los tomates vascos supondrá para los agricultores la oportunidad de contar con un producto de calidad y demandado por el mercado, lo que redundará en la mejora vegetal y en la competitividad de la agricultura local. Así mismo, el cultivo de estas variedades contribuye al respeto medioambiental, a la biodiversidad y asegura que las generaciones futuras puedan disfrutar de productos autóctonos de calidad.
Ante el problema de la competencia desleal
La identificación y caracterización de las variedades abre la vía para crear sus propios distintivos de calidad como la Denominación de Origen Protegida o la Indicación Geográfica Protegida. Estos distintivos permitirán diferenciar la oferta comercial de estos tomates y resaltarán sus rasgos más singulares y apreciados, al mismo tiempo que evitarán la competencia desleal y facilitarán a los consumidores su identificación. “La calidad debe estar por encima de todo, más allá de las normas que nos protegen que lógicamente contribuyen a mejorar la situación”, No obstante Riga ha advertido de que “para acabar con la competencia desleal, una situación que se produce en este [el ámbito de las hortalizas] y otros sectores, la sociedad necesita más información y educación”.