La confluencia en un mes de elecciones generales, autonómicas y municipales en un momento de cambios sociales importantes debido al impacto que está teniendo la innovación en todos los campos, hace de estos próximos cuatro años un periodo de importancia vital para el futuro a medio plazo en muchos sentidos y aspectos. La responsabilidad de los políticos electos no siempre tiene la exigencia de momentos como los que estamos viviendo y de sus acciones depende ir en una dirección o en otra.
España está en un momento de inflexión en el campo de la innovación. El ecosistema ha crecido y fortalecido de forma importante. Hay varios centros geográficos de referencia internacional como Madrid, ámbito sobre del que hablamos recientemente; Cataluña, con Barcelona como polo de atracción; País Vasco, con Bilbao y su entorno como punta de lanza y Málaga en Andalucía, sin olvidar la Comunidad valenciana.
Hablando de Madrid, destacábamos como sale en aspectos tan llamativos como la captación de talento y eso es por el tipo de innovación que se lleva a cabo por instituciones públicas estatales, autonómicas y municipales, empresas, y particulares que se lanzan al mundo empresarial con ideas que atraen una importante inversión.
Pero no nos tenemos que conformar con esta situación. Hay que aprovechar la coyuntura y abordar grandes transformaciones que favorezcan el desarrollo de empresas más competitivas gracias a la innovación y eso se hace con talento y con inversión. La educación necesita un profundo cambio en todos sus niveles, entre otras cosas, para asumir que los tiempos han cambiado y que la formación constante será necesaria para poder acceder a los puestos de trabajo que se demandan. No podemos ver más informaciones que hablan de que se quedan sin cubrir puestos por falta de personas con una determinada formación, y más si es digital. El al que nos referimos, dado a conocer por Indra, uno de los líderes industriales de España en tecnología punta es un aviso muy importante.
Pero también hay que modificar la facilidad para poner en marcha empresas y su fusión. Las pymes, que son el 99,9 % del total de las empresas, deben ser de mayor tamaño si queremos que innoven y eso supone una transformación de los mecanismos fiscales que regulan estos temas. Es necesario eliminar las trabas que suponen 17 administraciones autonómicas que establecen normas distintas y un largo etcétera.
En estos últimos días hemos conocido cómo importantes marcas en diferentes campos han elegido distintos puntos de España para establecer su centro en Europa y eso quiere decir que estamos en el foco. Una buena señal que nos obliga a ser conscientes de que el momento no debe dejarse pasar. Esperemos que en los próximos meses veamos una avalancha de buenas noticias para el mundo de la innovación española. Eso se refleja en mayor investigación y desarrollo, mayor competitividad, mayor productividad –que buena falta nos hace– y, en suma, mayor producción de puestos de trabajo, que es lo que trae mayor bienestar social y económico.