Elecciones sin contacto e inclusivas: el reto tecnológico de la democracia española

A una semana de las elecciones madrileñas, los expertos de Irisbond han trazado una 'ruta del voto' para hacerlo 100 % 'touchless'. La inclusión de personas ciegas o con discapacidad de movilidad es la principal ventaja de un sistema que aún está por llegar
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¿Se imaginan unas elecciones en las que no sea necesario tocar ni siquiera las papeletas? Oihana Martínez, Marketing Manager de Irisbond, tiene clara la respuesta. "No solo se puede hacer, sino que se debe hacer", afirma a Innovaspain. Sin embargo no sucederá el próximo martes 4 de mayo en los comicios madrileños, pese a que, como asegura la responsable, "la tecnología permite esta y muchas otras posibilidades, solo es cuestión de voluntad y de un esfuerzo por parte de las instituciones".

A una semana de las elecciones, los expertos de Irisbond han trazado una 'ruta del voto' para hacerlo 100 % touchless. La inclusión es su principal ventaja. A día de hoy, una persona con una discapacidad que le impida el movimiento tiene problemas para ejercer su derecho al voto secreto. En un futuro muy cercano, la empresa confía en que se votará desde casa o desde el móvil.

Ya hay países que aplican la modalidad del voto online para algunas personas, por ejemplo, las que residen en otros países. En España falta por alcanzar el último paso para completar el círculo: perfeccionar la autentificación del votante de forma telemática y poder asegurar que está votando de forma personal y secreta, no coaccionado. "También será importante la implicación de los colegios electorales y la propia organización de las elecciones", apunta Martínez.

¿Cómo serían unas elecciones sin contacto?

Irisbond desgrana en seis pasos cómo sería un proceso de votación de este tipo en España:

  1. Al llegar a un colegio electoral, un dispositivo de reconocimiento facial puede registrar la cara y comprobar la autenticidad de la persona contra una base de datos y cruzando con un simple escaneado del DNI. Solo el votante tocaría su propio DNI delante de una cámara.
  2. El votante se dirige a las cabinas de votación y un ordenador facilita las opciones de voto. Se podría votar con los ojos. Sólo habría que seleccionar con la mirada al candidato en cuestión que se desee. Esto generaría la papeleta, totalmente en secreto. Después, con la voz (o con la mirada o un gesto) se imprimiría la papeleta.
  3. ¿Y si se es ciego? Se podría votar igualmente. A través de un asistente de voz, en una cabina (eso sí, insonorizada).
  4. ¿Y si una persona tiene una discapacidad que le impide moverse? A través de los ojos puede votar y un robot ensobrador pondría su papeleta en el sobre y después sobre las piernas de la persona con movilidad reducida para que la llevara a la mesa para votar.
  5. Con el voto, nos podemos dirigir a la mesa electoral y meter el sobre en la urna después de haber enseñado nuestro DNI a la cámara del vocal o presidente de la mesa electoral. Otra vez se comprueba el DNI contra una base de datos y quedará registrado que ya hemos votado. No habría fraude posible.
  6. En cuanto a la privacidad, los datos de la cara no se guardan, se borran inmediatamente para que no haya problemas de seguridad. Solo se archivan los datos de participación.

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