El CTC, entre sus muchos proyectos, acaba de presentar una iniciativa europea que pretende transformar el sector energético. Promete hacerlo a través de una nueva tecnología innovadora y sostenible que contribuya al desarrollo de un sistema energético descarbonizado. A su vez, la idea es que permita a España cumplir con los objetivos de reducción de emisiones establecidos por la UE. Se trata de Electromet, y el objetivo es crear metano renovable.
«El proyecto Electromet surge de la necesidad de descarbonizar la economía europea y alcanzar la neutralidad climática para 2050. Es por ello que el proyecto se enmarca dentro de un partenariado europeo, The Clean Energy Transition Partnership (CETPartnership), que pretende potenciar la transición hacia una energía limpia poniendo en común la financiación nacional y regional para cubrir diferentes tipos de tecnologías y soluciones para contribuir al objetivo de la UE de convertirse en el primer continente neutro para el clima de aquí a 2050», explica Verónica González de Lena, mánager del área de Industria y Energía de CTC.
Con un presupuesto que supera el millón y medio de euros y un plazo de ejecución de 36 meses, el proyecto contempla la implementación de una planta piloto a escala industrial que se llevará a cabo en las instalaciones de la empresa cántabra Ecodualba.
Y es que, según González de Lena, el objetivo de Electromet es producir metano renovable a escala semi-industrial mediante la electro reducción directa de CO2.
«Es decir, convertir el CO2 en combustible renovable (metano renovable) que pueda sustituir a los de origen fósil sin necesidad de modificar las infraestructuras existentes. Además, el proyecto también incluye el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial para mejorar la eficiencia del proceso», cuenta la portavoz.
Lo que les diferencia
Ya se están realizando varios proyectos en España para producir metano renovable, pero lo que diferencia al proyecto del CTC de otros es que, en el proceso de electro reducción utilizado en Electromet, se desarrollan tres nuevas tecnologías de catalizadores para optimizar el proceso y que sea más eficiente. Y González de Lena apunta: «Además, se incorporará tecnología de gemelo digital para contribuir a la optimización del proceso».
Cabe recordar que el centro cántabro de Ecodualba, donde ser realizará el piloto, está equipado con tecnología Net Zero CO2, que garantiza su nulo impacto ambiental. De este modo, se someterá a pruebas operativas durante 500 horas, en las que empleará biogás real como materia prima para la producción de metano renovable.
«El NET Zero CO2 se refiere a que el cómputo total de emisiones de CO2 es cero, puesto que hay que hay una conversión del 100% y no se requiere de otras fuentes energéticas que generen CO2. La repercusión social se centra en poder contribuir a la reducción de generación de CO2 como contaminante más habitual y ayudar a frenar el cambio climático provocado por la generación masiva de este, debido principalmente al uso de combustibles fósiles», declara.
Sobre el papel concreto del CTC, subraya que ellos actuarán como coordinador del proyecto, pero que también tiene un papel muy activo en el desarrollo de tecnologías concretas dentro del proyecto: «El desarrollo de un nuevo catalizador en el que se emplean puntos cuánticos de grafeno funcionalizados» y la ya mencionada incorporación de la tecnología de gemelo digital.
La importancia del metano renovable
Según cuentan desde el propio CTC, el metano renovable se trata de un gas 100% renovable, que parte del proceso natural de la degradación de materia orgánica y que se obtiene tras someter al biogás a un tratamiento en el que se retiran determinadas impurezas.
«Con una composición química y un poder energético muy similares al del gas natural, sus condiciones permiten tanto la inyección en red gasista para emplearlo en calefacción y transporte, como su empleo para la producción de energía eléctrica. Así, el biometano se presenta como un potente aliado para la descarbonización, una respuesta eficaz al problema de la gestión de residuos y un impulso de la economía circular».
Por último, hay que señalar que aunque el acento es cántabro, Electromet también cuenta con la colaboración de las universidades de Turín y Oporto —y, de nuevo, la de Cantabria—, así como con empresas como Ecodualba, Draxis, Hidritec, Nortegas y Envitec Biogas. Un consorcio con representación de cinco países.