Elena Rivas Pérez (Cádiz, 47 años) lo ha tenido claro desde siempre. La innovación y el impacto social son las pasiones que la han motivado a emprender su carrera en la industria biotecnológica y en la investigación académica. La experiencia que maduró en estos ámbitos, así como el interés por la biología celular y los conocimientos en microelectrónica, la empujaron a dar vida a la startup madrileña A4cell.
Todo empezó en 2018, cuando iniciaron a explorar soluciones innovadoras para mejorar los métodos de evaluación preclínica en el desarrollo de fármacos. En ese momento nació A4cell, fruto de una patente que licenciaron en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Cinco años después, la empresa ha sido seleccionada por APTE (Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España) entre las 100 mejores startups de 2023, ubicadas en sus 51 parques científicos y tecnológicos.
El propósito de la empresa es encontrar las respuestas del comportamiento celular con el fin de desarrollar fármacos para tratar enfermedades nuevas. “Nuestra idea surgió cuando observamos una brecha significativa en las tecnologías disponibles para evaluar de manera precisa y eficiente la toxicidad y eficacia de los compuestos farmacológicos”, explica Rivas en una entrevista con Innovaspain. La compañía desarrolla tecnologías avanzadas para estudiar los compuestos farmacológicos utilizando modelos celulares en lugar de modelos animales. De esta manera, según Rivas, se acelera y mejora el proceso de desarrollo de los medicamentos. Además, representa un avance ético significativo.
Una tecnología innovadora
A4Cell utiliza la tecnología SPAchip, que se basa en microchips de silíceo multiplexados (es decir, que pueden procesar múltiples señales simultáneamente), con biomoléculas fluorescentes. “Cuando entran en contacto con las células, estas los internalizan y permanecen en el citoplasma celular durante largos periodos de tiempo sin alterar su viabilidad”, resume. Se trata de una tecnología innovadora, que se integra en las células humanas, y que permite monitorizar de manera mucho más efectiva la fisiología celular respecto a los métodos tradicionales de cultivo celular. “Esto permite evaluar con mayor precisión la respuesta de las mismas a los compuestos farmacológicos”, asegura Rivas.
Más allá de ser innovadora, la tecnología SPAchip de A4cell puede representar una solución a uno de los desafíos más importantes del sector. “El proceso de I+D dentro de la industria farmacéutica adolece de una altísima tasa de fallo. Menos del 10% de los proyectos que alcanzan la fase clínica se convierten en fármacos. Una de las causas reside en la pobre fiabilidad de los ensayos biológicos que permiten predecir en el laboratorio la actividad clínica futura de una molécula candidata”, advierte.
Por ello, la investigación preclínica necesita ensayos más relevantes desde el punto de vista biológico, que sean más económicos y más rápidos. En este sentido, esta tecnología tiene varias ventajas. Una entre todas, es que se trata de una metodología analítica no invasiva, que permite recapitular in vitro la complejidad biológica de un sistema patológico. Pudiendo aplicarse a células nativas primarias -es decir, las que derivan directamente del tejido vivo y, por ello, reproducen la fisiología de los sistemas biológicos-, esta tecnología resulta prometedora para mejorar la precisión y la eficacia de los ensayos preclínicos en la industria farmacéutica.
Implementada en varios proyectos
La tecnología de A4cell ha sido implementada en varios proyectos: desde la evaluación de la toxicidad de nuevos compuestos hasta el cribado del comportamiento de medicamentos en etapas preclínicas. Entre todos, Rivas destaca su utilización en los sistemas celulares 3D, como en los esferoides, que son un grupo de células tumorales.
Para la experta, son más efectivos que los cultivos celulares 2D porque pueden recrear de manera más eficiente la complejidad de las interacciones entre células del cuerpo humano. “El SPA chip es capaz de analizar el pH y otros marcadores fisiólogos en sistemas 3D de esferoides tumorales”, destaca. Esto significa que puede medir y estudiar cómo funcionan las células tumorales en un entorno tridimensional, lo cual puede facilitar la investigación y el tratamiento del cáncer.
Cinco años después de su fundación, A4cell celebra haber sido escogida por APTE como una de las 100 mejores startups de 2023. “Es un honor y un testimonio del arduo trabajo y la dedicación de todo nuestro equipo. Este reconocimiento nos impulsa a seguir innovando y creciendo en nuestro compromiso de transformar la industria farmacéutica”, afirma Rivas.
Una carrera de desafíos
No obstante, el recorrido de A4cell no ha sido siempre fácil. De hecho, su directora ejecutiva reconoce que siguen enfrentándose a desafíos, como la insuficiente financiación para la investigación y el desarrollo, que representa uno de los mayores obstáculos para las empresas del sector. Sin embargo, a lo largo de su historia, la startup pudo acceder a subvenciones gubernamentales, a la contribución de inversores privados y a colaboraciones con empresas farmacéuticas y de biotecnología.
Sumado a esto, otros obstáculos a los que se enfrenta el proyecto son la aceptación y la adopción de nuevas tecnologías por parte de la industria farmacéutica. “Además, la regulación y la validación de métodos alternativos también pueden representar desafíos”, explica.
Pese a ello, A4cell sigue creciendo y ya cuenta con 16 empleados. Además, entre las 100 mejores startups seleccionadas por APTE en 2023 destaca también entre los 32 proyectos innovadores liderados por una mujer. Para Rivas, esta es una oportunidad para poder inspirar a otras mujeres a seguir sus pasiones y a cumplir sus sueños en el mundo empresarial y en el sector de la ciencia y la tecnología, donde todavía existe una brecha de género importante. “Es un recordatorio de la importancia de la diversidad y la inclusión en la innovación y el liderazgo”, concluye.