Emprendimiento femenino en el mundo de la Inteligencia Artificial

En el marco de la jornada ‘empoWErment 4 STEAM’, cuatro emprendedoras hablan sobre sus proyectos en IA y los aspectos éticos que conllevan
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La Real Academia de Ingeniería, el proyecto Mujer e Ingeniería y la Dirección General de Igualdad de la Comunidad de Madrid, en colaboración con WA4STEAM, han organizado una jornada dedicada a la innovación y el emprendimiento femenino bajo el nombre de ‘empoWErment 4 STEAM’. En ella, trece emprendedoras –científicas, investigadoras, arquitectas o farmacéuticas, entre otras– han hablado sobre sus diferentes iniciativas, divididas entre tres grandes campos: la Inteligencia Artificial (IA), la Salud y Otras Tecnologías. En este pequeño especial recogeremos todos los proyectos, así como algunas de las impresiones de sus creadoras.  

La primera de las mesas, moderada por Regina Llopis, presidenta de WA4STEAM y del Grupo AIA, ha estado dirigida a la IA. Su propia institución es en sí un modelo de innovación dentro del emprendimiento femenino. Esta organización internacional nació sin fines de lucro, y buscaba expandir la presencia emprendedora en el ámbito STEAM. Su misión es incrementar la capacidad emprendedora con un modelo muy especial: democratizando la inversión.

“En venture capital, solo del 2 % al 7 % va dirigido a mujeres en el mundo de la tecnología. Así que queríamos que no fuera engorroso, que muchas mujeres pudieran participar”, ha explicado. “Hemos invertido cerca de un millón de euros en este periodo, hemos invertido en 16 startups y en 20 transacciones, ya que algunas han tenido segunda e incluso tercera inversión. 50.000 euros como mínimo, 100.000 como máximo, y eón torno al 50 % de estas se han dedicado a la IA, al diagnóstico y a la realidad virtual”.

“Promovemos el talento, la innovación y el emprendimiento femenino y, de alguna manera, fomentamos también el futuro de la economía”. Asimismo, Llopis ha aprovechado para pedir a las ingenierías y científicas que estaban escuchando que se unan. “En el fondo, es ser un ‘business angel’ en la etapa posterior a las ‘tres efes’: la inversión de ‘friends, fools y family’”.

Asunción Gómez, vicerrectora de Investigación, Innovación y Doctorado y Catedrática de la UPM

Asunción Gómez empezó muy joven en el mundo de la IA, en tercero de carrera (año 88). Era el llamado “Invierno de la IA” y le “apasionó”, ha contado. “Estudié la carrera de Informática desde el punto de vista de la computación. También estuve en la Universidad de Stanford en el 94, donde aprendí a realizar nuevas formas de investigación, así que, cuando volví, volqué toda mi carrera investigadora en participar en diferentes proyectos europeos”.

Según ella, su objetivo era “ser capaz de encontrar problemas reales para la sociedad, para empresas, y trabajar en entornos multidisciplinares donde era necesario convivir y trabajar en equipos de otras disciplinas, como medioambiente o agricultura”. La cuestión, al final, era conocer cómo se realiza una tecnología y ser capaz de proyectarla como una solución para la sociedad.

En cuanto a la ética de su trabajo, Gómez ha confesado que el reto, cuando ella estudiaba, era simplemente tecnológico, no había espacio para lo ético. “La ética quedó relegada en un segundo plano y en raras ocasiones salía a la luz”. Para ella, ha sido la década actual la que ha traído la sensibilización hacia estos temas: Facebook y su polémica por la intención de voto o el propio COVID-10

“Ha habido una gran progresión: de no estar a estar muy sensibilizados. Además del tema de los datos y la privacidad que ha surgido en los últimos años, ha aparecido la parte algorítmica y también en la heurística porque, cuando modulas reglas, también codificas los modelos formales que realizas”, ha explicado. “Ahora mismo, para mí, quizá la máxima preocupación sea todo el tema del ser humano y el aumento con chips, los que aumenten su capacidad cognitiva, su capacidad intelectual”.

Laura Fernández, CEO de AllWomen

La formación alternativa también ha estado presente en esta jornada sobre emprendimiento femenino. Laura Fernández es CEO y cofundadora de AllWomen, y lleva años demostrando que los perfiles no tecnológicos también pueden dedicarse a la IA o a cualquier otro sector tecnológico. 

“Las mujeres con las que trabajamos vienen de diferentes ramas, por lo que nos aportan mucha riqueza”, asegura. “Tenemos de todo tipo: lingüistas, por ejemplo, que tiene todo el sentido cuando trabaja en el desarrollo de lenguaje natural o en chatbots; doctoras de Life Science, que obviamente terminan en startups dedicadas a la salud; abogadas, que acaban trabajando en Data Legacy; gente que vienen del marketing y de las finanzas; ingenieras que buscan salir de la industria pesada y buscan startups más dirigidas, etcétera”.

Según Fernández, cuando estas mujeres buscan trabajo son muy de nicho. Y buscan la hibridación porque les hace “potentes, les hace crear productos y soluciones para solucionar problemáticas. Al final, son perfiles híbridos que encajan muy bien y perfiles superinteresantes y cotizados”.

La CEO de AllWomen también ha afirmado que están enfrentándose a retos donde la población es heterogénea, “porque las habitaciones donde se deciden las cosas no lo son. Nosotros nacimos para esto, para que todos puedan participar en salas de preparación, que haya una mirada diversa para afrontarlos. Que haya diversidad para el desarrollo del futuro de la sociedad”.

Laura Iglesias, directora global de Estrategia de Ciberseguridad de Santander

Laura Iglesias lleva toda su vida profesional trabajando en ciberseguridad. Según ella, no fue emprendimiento femenino en sí, sino una consecuencia de la realidad, porque es una tendencia que cada vez se aplica más en la sociedad. “Lo que vemos es que, desde el lado de atacantes y de defensores se utilizan, estas técnicas, es una persecución constante. La IA se utiliza para los ataques phising, que ahora son más sofisticados y dirigidos. Cambios en voz, automatización, etcétera”, ha explicado. 

Así, con técnicas de IA es más eficiente recabar información y ejecutar el ataque. “Estamos viendo que hay muchas aplicaciones prometedoras con tecnologías de ciberseguridad. Tenemos la posibilidad de hacer que las redes de las empresas puedan autorregenerarse. Que las redes tengan resiliencia. Son todo aplicaciones prometedoras que todavía están lejos de ser prácticas y que son el futuro de la profesión”, ha adelantado.

Sobre la ética en el mundo de la IA –una cuestión en boga–, Iglesias ha afirmado que se puede testar y mostrar de forma realista la robustez de las decisiones que toman los algoritmos de IA y que, en muchos casos, son tecnologías comerciales; por lo tanto, son difíciles de probar si la decisión que están tomando es la mejor. “Es todo un reto”.

“Además, hay otro punto: faltan muchos profesionales en ese ámbito, pues reduce la necesidad de personal operando sistemas y alertas y que estas sean analizadas por la IA que facilite el triaje o la toma de decisiones, como algoritmos de IA para facilitar el trabajo de los estudiantes”. Para ella, esto es importante, porque “si esto es una capacidad que tenga más eficacia y ahorro de recursos debe ser accesible a toda la sociedad, para pymes…”.

Helena Ramalhinho, profesora catedrática del Departamento de Economía y Empresa (UPF)

Esta profesora portuguesa empezó en Matemáticas Aplicadas porque son unas matemáticas muy implicadas con la sociedad. “Me gusta resolver problemas complejos, es lo bonito de esta carrera. Proyectos multidisciplinares para entender el entorno donde se aplican las técnicas, sector salud, logística del retailing… Un conocimiento muy fuerte. Y tengo el placer de tener un equipo con mujeres y es bonito ver cómo las jóvenes investigadoras pasan de ser tímidas a líderes de proyectos. Incentivo a mujeres jóvenes a que, si les gusta el arte o la salud, apliquen a la IA”. 

A Ramalhinho hace unos años no le preocupaba tanto el tema de la ética en la tecnología. “Pero cuando ahora pasas a tratar con personas es esencial. Los equipos multidisciplinares son necesarios y pueden ayudar a muchas personas. Todos deberíamos tener un poco de formación. Y lo tenemos que tener en cuenta para cualquier algoritmo”.

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