Gema de Marcos

Las empresas que apuestan por la diversidad de género son más innovadoras y se adaptan mejor al mercado

Por Gema de Marcos, Building Manager en Byld.

En las últimas décadas, el papel de la mujer en la dirección empresarial ha evolucionado de manera significativa y han sido muchas las profesionales que han logrado dejar una huella significativa, transformando industrias y abriendo camino para futuras generaciones. En esta transformación, nuestro país está a la vanguardia. Desde el comienzo del informe “Women in Business”, hace 20 años, la presencia de mujeres directivas en España ha aumentado 26 puntos, siendo nuestro país referente mundial en el liderazgo femenino. Por otro lado, prácticamente todas las empresas españolas cuentan ya al menos con una mujer directiva (94%), tres puntos por encima de la media europea y uno por delante del porcentaje global de acuerdo con Grant Thornton.

Pero, si bien es cierto que las mujeres han logrado una mayor presencia en la alta dirección en sectores como recursos humanos (41%) y dirección financiera (31%), la brecha de oportunidades en áreas tecnológicas y de innovación sigue siendo un obstáculo, a pesar de los esfuerzos por la mayor inclusión de las mujeres en el ámbito STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y las políticas de diversidad.

Ante esta situación es inevitable preguntarse: ¿por qué, a pesar de estos avances, sigue siendo "invisible" el liderazgo femenino en sectores como la innovación?

Bajo mi punto de vista, uno de los principales motivos es la falta de referentes femeninos en la alta dirección. Esta situación perpetúa la idea de que ciertos sectores siguen dominados por hombres, lo que desalienta a nuevas generaciones a aspirar a estos roles. A esto se suman estructuras organizativas tradicionales y factores culturales que generan sesgos inconscientes que dificultan su reconocimiento, incluso cuando sus aportes son fundamentales para la innovación dentro de sus empresas.

Por otro lado, la escasa representación en foros de toma de decisiones y en medios especializados también contribuye a esta invisibilidad. Además, influyen la falta de redes de liderazgo y mentoría especializadas o la ausencia de políticas de conciliación, que dificultan su progreso en las organizaciones.

A pesar de las dificultades, a lo largo de los años, muchas mujeres han liderado transformaciones clave en sus empresas, impulsando la innovación y el crecimiento. Meg Whitman expandió eBay y reestructuró HP, Mary Barra posicionó a GM en movilidad eléctrica, y Ginni Rometty llevó a IBM hacia la computación en la nube. Safra Catz consolidó Oracle en tecnología, mientras que Marissa Mayer impulsó productos clave en Google. Ursula Burns hizo historia en Xerox, e Indra Nooyi diversificó y expandió PepsiCo.

En el panorama empresarial español, diversas mujeres han liderado transformaciones significativas en sus empresas, demostrando que el liderazgo femenino es clave para la innovación y el crecimiento. Por ejemplo, Marta Caparrós fundó YouTooProject, ayudando a personas de todo el mundo a estudiar y trabajar en el extranjero, y María Benjumea creó South Summit, un referente de innovación y startups en España. Yaiza Canosa transformó el mundo de la logística con su empresa GOI, y Lupina Iturriaga es la fuerza motriz detrás de Fintonic, una fintech que mejora el bienestar financiero de las personas. Rebeca Minguela, con sede en Nueva York, es la visionaria detrás de Clarity AI, una plataforma tecnológica que proporciona insights sobre impacto social y medioambiental a inversores, empresas y consumidores.

Estas líderes han apostado por la digitalización, la expansión y una cultura de innovación, demostrando que el éxito no solo depende de la tecnología, sino también de visión estratégica, adaptación y gestión del talento. Su visión ha traído consigo un enfoque más holístico de la innovación, priorizando la experiencia del usuario, la sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa. En un mundo donde la innovación no solo trata de disrupción tecnológica, sino de crear soluciones alineadas con las necesidades del mercado y la sociedad, esta perspectiva es clave.

Su ejemplo demuestra, además, que el impacto de la diversidad de género en la innovación y el crecimiento empresarial es innegable. Numerosos estudios han demostrado que equipos diversos generan soluciones más creativas y eficientes. En un entorno donde la capacidad de adaptación define la competitividad, contar con múltiples perspectivas se traduce en mayor agilidad y mejores decisiones estratégicas. Las empresas con equidad de género no sólo innovan más, sino que también responden mejor a las necesidades de un mercado cada vez más diverso.

Por todos estos motivos, las empresas que quieran crecer y seguir siendo competitivas e innovadoras deben comprometerse con políticas que eliminen sesgos en los procesos de selección y promoción, asegurando que la transformación empresarial sea verdaderamente inclusiva. En este sentido, la sociedad también juega un papel esencial. Fomentar el interés por la ciencia y la tecnología desde edades tempranas y destacar referentes femeninos en estos ámbitos puede cambiar la percepción sobre el liderazgo en innovación. Si queremos un futuro empresarial más equitativo y dinámico, es imprescindible reconocer y potenciar el talento femenino como motor de transformación.

El liderazgo femenino en el ámbito de la innovación ya es una realidad, pero su consolidación depende de un compromiso colectivo. La evolución ha sido notable, pero aún queda camino por recorrer. Lo que está en juego no es solo una cuestión de equidad, sino el desarrollo de un ecosistema empresarial más fuerte, inclusivo y preparado para los desafíos del futuro.

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