Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Esta revolución necesita «campeones europeos»

Tras las intervenciones del ministro Luis de Guindos, y de Elzbieta Bienkowska, Comisaria Europea Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y PYME (leer info), el I Congreso Industria Conectada (organizado por Ministerio de Economía, Industria y Competitividad y por la Asociación Española para la Calidad) ha contado con la participación de los que ocupan la primera línea de esta transformación dentro del tejido empresarial español y que por ende asumen la toma de decisiones que se acaban convirtiendo en tendencia. En la mesa Compromiso con la Industria Conectada 4.0 han participado Juan Pedro Moreno, Presidente Accenture Iberia; Fernando Abril-Martorell, Presidente de Indra; Ana Botín, Presidenta del Grupo Santander; Rosa García, Presidenta y CEO de Siemens España y José María Álvarez-Pallete, Presidente Ejecutivo de Telefónica.

“Va a cambiar todo y por tanto no adaptarse no es opcional”- así describía Álvarez-Pallete la magnitud de la actual revolución en la que tras una primera oleada protagonizada por Internet y la generalización del smarphone, hoy vivimos una segunda etapa “quizá aún más potente”. Un tiempo en el que la demanda de transmisión de datos se va a multiplicar. “Ya hablamos del 5G, de la eliminación de la latencia y por tanto de Internet táctil que habilitará el coche autónomo o la cirugía en remoto”- explicaba el presidente de Telefónica. “Necesitamos conectividad y España ha hecho los deberes en plena crisis”.

Si en Telefónica empiezan por aplicarse las innovaciones a sí mismos, Ana Botín ha destacado la capacidad del Santander para combinar la atención personalizada en sucursales con el refuerzo de valores que provoquen que en 2025 el banco sea una referencia; “un banco responsable, que haga las cosas de forma sencilla, personal y justa para los clientes, los accionistas y la sociedad”. Modificaciones profundas con las que conducir por el camino asfaltado obliga a disponer de un amplio abanico de capacidades y a combinarlas. Como apuntaba Abril-Martorell, “todos los agentes nos tenemos que plantear un posicionamiento y preguntarnos cómo tener éxito en la era digital”. El presidente de Indra ha dado tres pautas básicas para, al menos, intentarlo: una visión fuerte y realista de cómo va a competir la empresa en el nuevo contexto, cambiar la cultura y combinar talento interno y externo y, tercero, un gobierno estratégico y flexible de todo el proceso de transformación digital. “Y asumir, por ejemplo, que parte de las inversiones no van a funcionar”.

Al margen del inherente componente tecnológico, Juan Pedro Moreno ha puesto el foco en los cambios demográficos para entender en su conjunto la actual revolución. “Los millenials convivirán con otras generaciones”; a lo que añadía que el modo de comportarse de los ciudadanos es “radicalmente nuevo”.

Confianza en Europa (y en España)

“Europa es el mejor modelo que tenemos, no sólo de base industrial, también social. La combinación ha dado resultado”. Ana Botín ha mostrado así su apuesta por el modus operandi del viejo continente aunque “eso no significa que no tengamos que cambiar. Si en esta era queremos hacerlo igual o mejor necesitamos campeones europeos en el nuevo mundo digital y, como añadía Álvarez-Pallete, “muchas veces nos olvidamos de las increíbles empresas que hay en España”. El máximo responsable de Telefónica considera imprescindible para crecer que la PYME gane tamaño además de “coraje y valores”. “Las reglas también han de redefinirse; derechos y obligaciones en una nueva Constitución Digital. Ahí Europa, cuna de valores, tiene una gran oportunidad”-argumentaba Álvarez-Pallete.

Recientemente Accenture –que ya dedica un 47% de su negocio a la industria digital-, junto a la Universidad de Oxford, elaboraba un estudio para analizar la disrupción en 14 países, ocupando España el puesto 11. “España tiene mucho recorrido”, aseguraba ayer Moreno, “y el país siempre tiene la oportunidad de vencer porque a pasión y creatividad no nos gana nadie”. Para el presidente de la consultora “en España están pasando muchas cosas” y el cambio más acelerado es el del consumidor. La industria tiene que incorporar tecnología mientras reinventa productos y servicios. “Este es un país de PYMES, que con la arquitectura adecuada, pueden ir de la ideación de un producto a su producción a escala sin las grandes inversiones que se precisaban hace años”.

Rosa García, presidenta y CEO de Siemens en España ha sacado a relucir el ritmo endiablado que imponen Estados Unidos, Israel o Alemania. “En España el sector industrial aún se está despertando tras diez años de crisis, pero si perdemos este tren será la ruina del país”. Alarmismo constructivo el de García, para quien “aún hay cierta confusión y quien cree que la cuarta revolución se produce porque hay tecnología, pero lo que tenemos es un cliente distinto que espera cosas nuevas, a medida, con inmediatez y que aporten valor”.

Los obstáculos

Ana Botín ha mostrado su disconformidad con la rigidez de algunos contextos regulatorios que, al igual que los tiempos, “también han de ser ágiles”. “Solo así podremos competir en igualdad de condiciones con empresas de otras regiones”. De otra parte, y ante la problemática generalizada para atraer talento de calidad, la presidenta del Santander ha dibujado un ideal de trabajador acorde con el momento. “Necesitamos perfiles creativos, que se hagan preguntas, personas con valores, que sepan conectar y también con un componente técnico importante; que dominen las matemáticas, la programación o la algoritmia. Eso necesita Europa”.

En esta línea, y como explicaba Álvarez-Pallete, la innovación ya no viene sólo de los canales tradicionales y “no podemos formar talento exclusivamente en capacidades técnicas. Nos hacen falta abogados digitales, filósofos digitales, economistas digitales. Las Ciencias Sociales serán fundamentales porque las máquinas podrán hacer, pero no podrán ser”.

Para el presidente de Accenture, “aunque España es muy talentosa necesitamos capacitación técnica. Flexibilizar el entorno para que la gente se forme en lo que necesitamos, no necesariamente en la universidad. “Ahora todo el mundo puede competir en un mercado internacional. En España hay que hacer cambios en el sistema educativo y agilizando el diálogo con los habilitadores (regulación, financiación, etc) lo lograremos”.

En Indra, como dijo Abril-Martorell, trabajan con clientes de múltiples sectores, “cada uno con su casuística” pero hay una serie de elementos comunes como la escasez de talento digital y cierta aversión al riesgo, donde el presidente de la compañía cree que hay concienciar de la sensación de urgencia. “Es muy posible que si no lideramos como empresa, sector o país nos quedemos con la parte más negativa de la transformación digital. En esa urgencia la administración puede hacer mucho como tractor”.

Para Rosa García los empresarios españoles entienden en líneas generales las ventajas de la transformación digital y admiten que les queda mucho por hacer al reconocer que no han sido capaces de elaborar un plan de transformación digital (solo un tercio lo han logrado). “La banca o las teleco van por delante de la industria”, explicaba García. “Una vez saben la teoría han de poner al cliente en el centro y no perderlo de vista, ser muy honestos en analizar la situación de la empresa, preguntarse si el liderazgo es el adecuado y si cuentan con la capacidad para atraer talento digital de primer nivel, invertir y rodearse de los partners idóneos”.