Para mañana, 26 de abril, está previsto que entren en vigor las nuevas maniobras desarrolladas por Enaire para el Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Esta iniciativa, llevada a cabo por el Proyecto BRAIN (Barcelona RNAV Approach Innovations), contempla, según la empresa del Grupo Fomento, “todo un paquete de iniciativas, que van desde el reforzamiento de la plantilla de controladores, a medidas de mejora del espacio aéreo y técnico-operativas, así como de supervisión del sistema y gestión de incidencias”.
Concretamente, el Proyecto BRAIN tiene como objetivo mejorar y acelerar el flujo de tráfico del aeropuerto barcelonés. Su método: disminuyendo la complejidad de las maniobras aéreas, “en todas sus configuraciones”, apuntan; optimizando la distribución de las llegadas y, por último, reduciendo el número de esperar en el aire, así como en las proximidades de Barcelona-El Prat.
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Para ello, han dotado al aeropuerto de una serie de nuevos procedimientos de trombón. Pero, ¿cuál es exactamente este procedimiento? “Bautizados así por su diseño, parecido a la forma oval del instrumento musical, esta herramienta, mediante una estructura de puntos, permite optimizar las trayectorias de las aeronaves antes de que vayan a tomar tierra”, explican. De este modo, el piloto, con el avión debidamente equipado, puede volar por un área más acorde con sus necesidades. Dentro, eso sí, de unas rutas determinadas por Enaire con el “trombón”.
Cabe explicar también de dónde viene el nombre del Proyecto, ya que su importancia es vital: la tecnología RNAV (recuerden, la R de BRAIN) permite al piloto volar más cerca de otras aeronaves, utilizar rutas más rectas y ahorrar tiempo y combustible, con el consiguiente aumento de capacidad del espacio aéreo. Por ello, si alguna aeronave no está equipada con esta herramienta, deberá informar al Centro de Control de Tráfico Aéreo de Enaire en Barcelona con la suficiente antelación y este también la guiará en su recorrido.
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Por último, Enaire ha querido dejar patente su “compromiso con la sostenibilidad ambiental”, por lo que todas aerolíneas podrán optimizar las trayectorias de los aviones, “mejorando la eficiencia en la operación y dotando de una mayor predicción de las trayectorias (vuelos más eficientes). Con esto se consigue una mayor estandarización de las operaciones y una reducción de las radiocomunicaciones con el controlador aéreo que permite disminuir su carga de trabajo”, subrayan.
