El gestor aéreo Enaire ha implantado en Barajas -oficialmente, Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid- Barajas- y su espacio aéreo asociado el proyecto Ambar, una iniciativa con la que pretenden adaptarse a la normativa europea y, además, mejorar en seguridad, sostenibilidad, rentabilidad o gestión, entre otras cuestiones.
Este proyecto, recuerdan, es como una especie de reestructuración para cumplir el reglamento de la Unión Europea. Además de eso, se buscan una serie de mejoras para obtener una mayor eficiencia, sobre todo, en el mundo de la sostenibilidad respecto a la actualidad: importantes ahorros para las compañías aéreas en términos de calidad de servicio, reducción de consumo de combustible y menores emisiones de gases contaminantes.
Asimismo, el proyecto Ambar incluye, sin contar con las mejoras más dirigidas al espacio aéreo, desarrollos para el aeropuerto de Barajas, utilizando, como indican desde Enaire, “las tecnologías más avanzadas en el diseño del espacio aéreo y estableciendo diferentes procedimientos operativos que posibilitan el modo de operación mediante aproximaciones independientes en las pistas paralelas actuales en ambas configuraciones, Norte y Sur”.
Cabe recordar que todas estas mejoras de Ambar “no tendrán afección ni en las huellas de ruido ni en los horarios”. Ni tampoco en el impacto acústico en relación con el escenario de las proximidades del aeropuerto. Y señalan: “No se han detectado impactos significativos tampoco sobre la avifauna, espacios protegidos, conservación de los enclaves Red Natura o afección alguna sobre los parques nacionales”.
Principales beneficios y mejoras
En Enaire también han querido dejar claro los principales beneficios y mejoras de esta iniciativa. Y es que no son pocos, aseguran: en relación con la seguridad operacional, habrá un aumento de la predictibilidad de las maniobras, así como una disminución de la complejidad de la gestión del tráfico aéreo. “Esta circunstancia beneficiará tanto a la tripulación de las aeronaves como al personal encargado de la gestión del tráfico aéreo”, destacan.
Por otro lado, desde el punto de vista medioambiental, la nueva estructura de Ambar permitirán que los aviones tengan perfiles de vuelo más eficientes, optimizando las distancias recorridas haciendo que sean más cortas. Todo ello, por lo tanto, mejorará la gestión del tráfico aéreo y los flujos de salida y llegada a Barajas. “Se conseguirá una reducción del tiempo y recorrido de vuelo, y una disminución del consumo de combustible y de las emisiones de CO2 a la atmósfera”.
También habrá un beneficio en lo económico, ya que, a la mejora de la calidad de servicio se le suma el ahorro por reducción de demoras. “Estas circunstancias repercutirán directamente en reducir costes para las compañías aéreas a través de menores consumos de combustibles y de disminución de tiempo”, matizan desde Enaire.
Por último, resumen que Ambar tendrá “grandes beneficios desde el punto de vista de la seguridad, de la eficiencia de las operaciones, del control del tráfico aéreo y de la sostenibilidad, aumentando la calidad de servicio a las compañías aéreas y por derivación, a la sociedad”.