En 2012, un incendio arrasó 2.000 hectáreas cerca de Valdemaqueda, al norte de Madrid. Muchos hábitats y especies de interés, como el águila imperial, el buitre negro o la cigüeña, fueron gravemente afectadas. Por ello, ya en 2016, Endesa creó el Bosque Endesa Atalaya, que tenía el objetivo de llevar a cabo una restauración forestal en 20 hectáreas, con 5.000 plantas, entre las que destacan el pino piñonero y la encina –así como el fresno, el sauce o el madroño–.
Ahora, con la necesidad de demostrar el buen estado de esta iniciativa –y de que las empresas privadas sean partícipes de la recuperación de los ecosistemas–, la compañía ha lanzado un nuevo proyecto en el cual drones –concretamente, el DJI Mavic 2 Zoom– y un software de última generación investigarán el bosque para saber en todo momento el estado de las planas.
“El impacto ambiental de esta restauración es muy positivo, porque permite recuperar un entorno devastado por el fuego, contribuyendo a la mitigación y adaptación del cambio climático”, nos explican desde Endesa. La idea es que los nuevos bosques sean “más resilientes” ante el cambio climático, reduciendo además el riesgo de incendios y recuperando a su vez el capital natural.
En cuestión económica y también social, apuntan, estas restauraciones dinamizan la economía local. “La recuperación de un bosque ayuda a generar actividad adicional asociada al aprovechamiento de los recursos y servicios que este proporciona”. Esto es, que se crean empresas a nivel local para diferentes sectores, desde el turismo a la caza. Con el fomento y la generación de empleo local que se crea por efecto directo.
Cómo funciona la iniciativa
En primer lugar, el dron, a una altura constante de diez metros –desde donde se ofrece una mejor calidad de imagen– toma ortoimágenes, las que se utilizan para generar y complementar datos topográficos, de la zona repoblada, ocupando cada imagen unos 20 metros cuadrados. Tras ello, y mediante técnicas de fotointerpretación, se hace un recuento de las plantaciones identificadas en cada parcela de muestreo, verificando la supervivencia y la especie de cada planas.
A su vez, varios técnicos a pie de campo van haciendo un inventario contrastando y corroborando los datos recibidos de, al menos, un 5% de las plantas existentes en cada zona. La razón: a priori, la calidad de las imágenes tomadas no permite identificar especies.
Cabe recordar que estos drones, además de hacer ortoimágenes, necesitan que se haga una fotointerpretación, identificando las plantas y su estado. De ahí la importancia del software de Endesa.
El software de Endesa
El pasado verano, Endesa lanzó una aplicación para reportar incidencias bajo las líneas eléctricas –en este sentido, ya se ha probado “con éxito” en Andalucía y Cataluña– y, al mismo tiempo, analizar el estado de los bosques. Esta, según la información proporcionada por la compañía, avisa de todo elemento que se encuentre alrededor de sus infraestructuras eléctricas.
En cuanto al Bosque Endesa Atalaya, lo relevante es que el software genera, tras las imágenes de los drones, fichas con información detallada y coordenadas geográficas precisas. Asimismo, vuelca todos los datos a una aplicación web a modo de backend para disponer de un único inventario automatizado.
¿Cuánto CO2 absorberá el bosque?
Con la utilización de los drones, del software y los técnicos a de campo, Endesa estima que el bosque sea capaz de absorber 474 toneladas de CO2 durante el compromiso a 30 años que tiene.