La transición justa consiste básicamente en adaptar el tipo de compañías o los empleos hacia un mundo más sostenible, más verde. Reconvertirlos, sin perder rentabilidad económica o puestos de trabajo, y alcanzar unos medios de vida mucho más decentes que los actuales. Sobre este concepto ha girado el evento ‘Panel sobre Transición Justa’, celebrado en la COP25.
Personalidades como Antonio Garamendi, presidente de CEOE; Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social del Gobierno, o José Bogas, consejero delegado de Endesa, han dado su opinión sobre una de las ideas más importantes que rodean todo el concepto de la sostenibilidad. De hecho, este último ha presentado un innovador proyecto de sustitución en una de sus plantas de carbón, localizada en Teruel.
“El pasado 27 de noviembre presentamos nuestro Plan Estratégico para el periodo 2020-2022. Quiero subrayar uno de los objetivos: reducción de un 70 % de las emisiones del consumo específico de CO2 en gramos por kilovatio/hora en el año 2030. Para hacer esto, hemos solicitado el cierre de dos centrales en España, la de Compostilla (León) y la de Teruel, dos centrales de carbón, y hemos anunciado la discontinuidad [que es inicial a la solicitud previa de cierre] de las centrales de Puentes y de Litoral”, ha anunciado Bogas.
Pero cerrar las centrales no da rentabilidad económica. Haría que sus empleados tuvieran que ser despedidos. Así que han encontrado una solución para llegar a una transición justa: una iniciativa para la sustitución de los 1.100 megavatios (MW) térmicos de la planta de carbón ubicada en la provincia de Teruel, por 1.725 MW renovables, más 160 MW de almacenamiento. La iniciativa Andorra, “un proyecto singular a nivel europeo en innovación y en compromiso social con el entorno como modelo de creación de valor compartido”, ha destacado.
“Necesitamos planes flexibles que permitan incluir iniciativas viables que puedan ir surgiendo, para mitigar el impacto del cese de la actividad en las zonas. Y no nos basamos en planes renovables sino en Planes de Futuro", como se llamará la iniciativa global de Endesa. “Estos planes, se basan en cuatro pilares de actuación: búsqueda proactiva de nuevas oportunidades laborales para el personal directamente afectado, el fomento de la actividad económica y el empleo (mediante cursos de formación), la formación y capacitación para la mejora de la empleabilidad y la sostenibilidad del municipio”.
De Planes de Futuro nace la iniciativa Andorra, que contará con una inversión “de más de 1.487 millones de euros. De los 1.725 MW renovables, 1.585 MW corresponderán a la que será la mayor planta solar en construcción en Europa, 139 MW tendrán origen eólico y el proyecto contará con un sistema de almacenamiento a gran escala de hasta 159,3 MW”.
Asimismo, Bogas se ha comprometido con una transición justa al priorizar la contratación local. “La transición permitirá compatibilizar los trabajos de desmantelamiento con el desarrollo y construcción del nuevo proyecto. La integración de ambos calendarios posibilita una creación promedia de más de 700 empleos anuales hasta 2026, con lo que se minimiza el impacto del cese de actividad de la actual central, que cuenta con 147 empleados en la actualidad. Durante los siguientes 25 años, se mantendrían unos 120 empleos en tareas de operación y mantenimiento del nuevo proyecto renovable”, ha asegurado.
Este nuevo proyecto también contará con el proceso Futur-e. Este modelo de economía circular pretende encontrar soluciones y proyectos más allá de los límites del sector energético, que se basen en criterios de sostenibilidad social, medioambiental y económica y que sirvan para crear valor compartido con la comunidad y el entorno de los espacios industriales.
“En FuturE hay unos objetivos muy claros –ha indicado Bogas–, como buscar alternativas empresariales para que el emplazamiento de la central tenga nueva utilización es un proceso participativo y abierto. Hemos encargado a la Universidad de León que dirija este proyecto. Es un proceso transparente y es un proceso que luego será evaluado en sus distintas alternativas para decidir qué proyecto es el que vamos a utilizar para la continuidad del emplazamiento”.
"Creemos que el emplazamiento tiene valor. Hay disponibilidad inmediata de terrenos parcelables, 80 hectáreas de suelo industrial, 250 hectáreas de suelo rústico, hay acceso a la red eléctrica, hay disponibilidad de agua y hay cercanía de gas natural, por lo que es un emplazamiento que tiene valor para cualquier empresario que quiera desarrollar una actividad”.
Sostenibilidad sin innovación no es sostenibilidad
Como se ha citado anteriormente, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, también ha estado presente en este evento sobre transición justa. Él ha considerado que hay que poner a las personas en el centro de las cosas, y también al medioambiente, un objetivo que es de todos. “No solo Europa, sino todos los países, y también la colaboración público-privada. Las empresas españolas, energéticas, tecnológicas, están preparadas para esta transición. Pero reclamamos (y es fundamental) que en el capítulo y en los Presupuestos en Innovación España se gastara el 3 % del PIB en innovación”.
Garamendi ha incidido: “En estos momentos estamos en un 1,4 %. Si nos acogemos a los Acuerdos de Lisboa, deberíamos de estar invirtiendo el 3 %. Es la clave para ganar el presente que ahora llamamos futuro. Es fundamental un cambio profundo en la formación, aunque sea algo en lo que se está trabajando. Un cambio en la formación continua, en la formación dual. Las empresas no queremos dar clases, pero sí queremos participar en la gobernanza porque somos los que conocemos, sabemos cuáles son las necesidades que tenemos. Estamos hablando de arriba a abajo y de abajo arriba, todos tenemos que formar. Aquí es donde los empresarios españoles vamos a colaborar para ganar este objetivo”.
Por último, la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, ha explicado que, para que una transición justa exista, para que existan empleos verdes, “es necesario el compromiso de las empresas, tanto de las españolas como las del resto del mundo. Es probada la importancia que tienen las empresas en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en especial del octavo ODS, el dedicado a promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos”.
Según ella, es “importante reconocer que el sector privado es el principal motor de crecimiento de empleo y de elevación de los ingresos. Es obligación de los gobiernos establecer los marcos de regulación y políticas publicas que generen un crecimiento económico inclusivo, que revierta en empleos productivos y de calidad. Estos marcos deben desarrollarse a través del diálogo social fomentando transformaciones de calado que busquen el bienestar social sin dejar a nadie atrás”, ha declarado.
“Sabemos que la lucha contra el cambio climático puede convertirse en una gran oportunidad para apostar por el crecimiento empresarial y de empleo. Las empresas no son oenegés. Tienen un objetivo que es obtener rentabilidad con sus inversiones. Pero, evidentemente, es importante que tengan la visión medioambiental y social para tener esa rentabilidad económica. La buena articulación entre políticas publicas y las decisiones empresariales son cruciales para un desarrollo sostenible y potenciar la creación de empleos verdes y sostenibles”, ha asegurado.