Echa cuentas y concluye que ya lleva media vida en España tras pasar la primera mitad en México, aunque conserva bien el acento, o lo que ella llama “el código postal”. Ingeniera Industrial por la Universidad Panamericana de México D.F., Marisol Menéndez es desde hace unas semanas la responsable de llevar a nuevas esferas la innovación abierta de South Summit. Tras doce años en BBVA, explica entusiasmada que el aterrizaje ha sido más fácil al comprobar las posibilidades “a gran escala” para aportar valor a través de su trabajo. “Desde que llegué, cada día ha sido un inspirador chute de energía y dinamismo”.
Después de más de una década con el foco en la innovación financiera, ahora se moverá en el terreno de la transversalidad en un tiempo que considera que es el adecuado. Si primero tocó comprender que había que innovar, y después que era imposible llegar solos a todas partes, ahora Menéndez percibe que es el momento en el que los distintos sectores tienen que entenderse y trabajar juntos. “Esto va de resolver las necesidades de las personas, pero no estamos compartimentados, así que no hay más remedio que mezclar”, y añade que en este nuevo juego de relaciones South Summit es una pasarela ideal para preparar el coctel del que nazcan “las verdaderas innovaciones”.
20 años batiéndose el cobre a sus espaldas hacen que se se considere “una privilegiada”. Fue parte importante del germen inicial dentro del proyecto de innovación abierta de BBVA, “una suerte que me permitió cometer errores, implementar nuevas iniciativas, aprender, pensar y entender… Todo ello con las implicaciones de hacerlo en una gran corporación que tiene el compromiso de llevar la innovación a sus clientes”. Mientras tanto, no perdía de vista ‘la obra’ que construía María Benjumea, Fundadora y CEO de Spain Startup, madre de South Summit desde los tiempos en los que se celebraba en la plaza de toros de Las Ventas cuando, sin salir del ruedo, las cornadas de la crisis aún dolían.
“Soy una entusiasta de su persona y de cómo trabaja; logra cosas espectaculares e impacto real”, relata Menéndez, que pone sobre el tapete los puntos en común en discurso y visión que la alinean con Benjumea y que las 'condenaban' a entenderse en un espacio común. “South Summit conecta a inversores, corporaciones y startups para que la innovación surja y sea real, y yo vengo de un mundo en el que hay que lograr que la innovación conecte con los clientes. Si añadimos a la receta la capacidad transformadora de estos procesos podremos influir en los ecosistemas y aplicar una estrategia de país”.
Toda una maraña de conexiones que necesita orden y un agente neutral capacitado para ‘sentar en la mesa’ a los stakeholders y players necesarios y ponerlos a trabajar juntos. “South Summit es el tejido conectivo; podemos unir incluso a empresas que compiten en el mismo sector –varios bancos son patrocinadores principales del evento anual- y es tan poderoso el mensaje de talento que podemos lanzar que tenemos la obligación de visibilizar e inspirar para que nazcan nuevas fuentes de negocio en cualquier lugar del planeta”.
La incorporación de Menéndez implica que la apuesta de South Summit gana en ambición. Como plataforma de innovación abierta, se quita el corsé de evento puntual y extiende su capacidad de influencia y tracción en un continuo con mirada 360 grados y durante 365 días al año. “Creemos conocimiento constantemente, aprendamos a dar los pasos que nos ayuden a avanzar como país o como corporación porque no olvidemos un par de cosas: la innovación es un buen negocio y además está en condiciones de cambiar un país. Sumemos ambas dimensiones”.
La mayor capilaridad del proyecto no significa que South Summit vaya a dejar de ser una fiesta “llena de energía” donde confluyen una parte importante de los esfuerzos de Spain Startup. En las oficinas de la empresa se avecinan días de mucho ajetreo. Han sido anunciados los primeros speakers internacionales de renombre de la próxima edición de la cita y, a finales de mayo, concluye el plazo para optar a ser una de las 100 startups finalistas en el evento. Una convocatoria mundial que también ha evolucionado. Menéndez explica que han puesto en marcha el South Summit Fund con 6 millones de euros para invertir en una empresa con cierto recorrido (3 millones), dos premios de un millón para startups más próximas al early stage y diez premios de 100 mil euros “porque no podemos dejar de mirar al futuro y en dos o tres años necesitaremos scaleups que innoven”.
A nivel general, Menéndez considera que el aprendizaje de los últimos años ha derivado en numerosos casos de éxito de Open Innovation y que el diálogo entre corporaciones y startups ha resultado fructífero. En un entramado en el que las empresas grandes han jugado “un rol evangelizador” al abrir camino, la administración ha tratado de desarrollar procesos “para que las cosas pasen” y las startups han ejercido de “laboratorio de innovación mundial”, ¿dónde quedan las PYMES? Para Marisol Menéndez este es otro de los huevos que está cerca de romper el cascarón. “Nos gusta decir que la innovación no es sólo digital, sino que está en todos los sectores; en lo industrial, en la metalurgia, en la agricultura… Y este mensaje ha calado en esta capa del tejido empresarial tan necesaria”.
De este modo, South Summit tiene previsto intensificar acciones que promuevan iniciativas con gobiernos y asociaciones de empresarios locales, sobre todo a partir del año próximo. “2020 será el año de las PYMES. Ellos mismos ya reclaman ocupar su lugar en el ecosistema. Ha sido una evolución natural en la que han tenido que ser testigos de cómo otros transitaban determinados caminos y no les ocurría nada malo. Se trata de un tipo de compañía que encaja a la perfección en el esquema de innovación abierta por su carácter colaborativo”.
En un peldaño superior, Menéndez también es optimista con el papel que pueden jugar para sacar más brillo a algunos de los atributos que hacen de España un buen lugar para innovar, emprender e invertir. Considera que la calidad de las corporaciones que integran la red de South Summit y las características económicas, geográficas e históricas de España convierten al país en un conector, en un puente con Latinoamérica “por la que la innovación va a fluir” (presentes en México y Colombia, van a celebrar eventos en Perú, Chile y Argentina) porque sabemos que podemos llevar esa capacidad integradora al terreno internacional”. Y hay más. “España reúne las condiciones para ser la puerta de entrada al mundo hispano parlante y, a su vez, quien conecte a estos países con Europa y Asia. Todo ello en una red sostenible, de confianza y de calidad; porque hablamos de tecnología sí, pero primero hagámoslo de seres humanos”.
En el área que le toca más de cerca, percibe que España es uno de los principales líderes de la conversación de la innovación abierta a nivel global. Tras trabajar con el secretario de estado para el Avance Digital, Francisco Polo para impulsar medidas como la futura Ley de Startups, South Summit confía en que los vaivenes políticos no afecten a sus intenciones de ayudar a conectar iniciativas locales en todo el país. “No podemos perder este pulso. No hay más que mirar a lo que están haciendo en Portugal, Alemania o Francia para entender que no conviene quedarse atrás. Tenemos buenos ingenieros, buenos precios, un idioma global, creatividad, resiliencia, infraestructuras, visión de negocio… Muchas veces no somos conscientes de nuestras capacidades. Es hora de creérnoslo y empujarlo”.
En su caza y captura de oportunidades de negocio y creación de valor, Marisol Menéndez tiene tiempo para la reivindicación como integrante de Women in Tech Spain, el grupo de ocho mujeres impulsado por Valeria Domínguez que reflexiona sobre el papel femenino en las áreas STEAM. “Hay que saber por qué hay un momento en el que las chicas dejan de tener interés en estas materias, y hay que mostrarles referentes reales y actuales. Si seguimos tomando como ejemplo sólo a Marie Curie poco vamos a avanzar”. Para Menéndez también es importante que en sus intervenciones públicas las mujeres “expliquemos aquello en lo que somos buenas y no sólo lo centremos en que somos mujeres, el techo de cristal, etc; sólo así acabaremos hablando de líderes sin especificar el género”. Confía en la legislación para paliar parte del déficit y aboga por un cambio cultural, un reto que tiene lugar en cada casa. “Hay que luchar con regulación, cuotas y mucha educación”, concluye Menéndez.