Gervasio Sánchez, fotoperiodista: “Me gusta trabajar con las cámaras de siempre”

Gervasio Sanchez fotoperiodista
En la imagen, el fotoperiodista Gervasio Sánchez / Diego Sánchez.

Gervasio Sánchez (1959) es uno de los fotoperiodistas más célebres de nuestro país. Especializado en conflictos armados, desde su cámara ha visto muchas de las caras del ser humano: América Latina, Balcanes, África, Afganistán... Periodista, de una independencia pura, fue Premio Nacional de Fotografía en el año 2009. No es pacifista, pero critica con dureza el cinismo de los gobiernos españoles a la hora de vender armas; es de los que ven mucho y saben mucho. 

“¿Innovación? Bueno, yo soy poco dado a cambiar de cámaras al poco tiempo. Me gusta trabajar con las de siempre. Si puedo gastar poco, mejor. Lo cierto es que la innovación te hace ir a un ritmo trepidante, de mucho gasto, y más teniendo en cuenta que cada vez duran menos, como los teléfonos. Yo quiero una cámara fotográfica para documentar y un móvil para hablar. Ahora, con las nuevas tecnologías se puede trabajar, en mayúsculas. Antes era todo mucho más complicado, era muy difícil transmitir fotos”, explica el hombre que, para costearse sus viajes a zonas de conflicto, se desempeñaba como camarero en su juventud.

Para Sánchez, la innovación también ha llegado al periodismo. Y, a veces, no precisamente para bien. “Ha cambiado todo por culpa de los medios de comunicación. Han dejado de invertir en lo importante y ahora hay conexiones verdaderamente vergonzosas con los poderes fácticos”. Aún así, nunca dudará de sus compañeros: “Ahora actúan con la misma dignidad, no es corporativismo. Pero es muy importante recordar que uno de los problemas más graves del periodismo español es la poca vergüenza que tienen en sus conexiones”.

Atiza a un periodismo que “no ha sabido estar a la altura”, pero también al Gobierno. Ya no solo por las inversiones, sino por su hipocresía en cuanto a la venta de armas. Cabe recordar que Sánchez presenta ahora, en colaboración con TerritorioGoya, la exposición ‘Los ojos de la guerra’, en la que muestra una selección de sus fotografías tomadas en los Balcanes. Belchite y Sarajevo que simbolizan, para él, el calvario de los civiles. “En todas las guerras hay unas mismas víctimas: los civiles. Es la única verdad incontestable. Yo digo a menudo que cuando hay dudas en una ciudad de conflicto hay que ponerse al lado de las victimas, para no equivocarse”.

Las preguntas ante un hombre que ha retratado la reconstrucción de una parte de la Humanidad son obligadas: “Mira, yo no soy pacifista. Yo critico la venta de armas españolas por el hecho palpable del cinismo. De gente que promete y no cumple. El gobierno de Zapatero se llenaba la boca de paz… Pero vendía armas. Y Rajoy. Y Sánchez ahora. Borrell podría estar en su casa diciendo estupideces, pero no puede salir y decir que las armas españolas ‘son tan precisas que no matan’. O que la ministra Celaá diga estupideces de ese calibre”. 

“Si quieren vender armas que lo digan, que no manipulen. ¿Para qué vamos a permitir que vendan armas los chinos o los franceses cuando lo podemos hacer nosotros? El nivel de hipocresía aquí es mucho más grande que en otros países. Chinos y franceses, por ejemplo, venden y no pasa nada. El problema es que estos mismos luego financian a los medios de comunicación”, asegura.

Gervasio Sánchez ha tenido un nuevo repunte de popularidad con sus hilos de Twitter, que no se ciñen a lo común de la plataforma. Si creo un hilo sobre un viaje en Sarajevo, y dura 20 días, tuitea los 20 días. “Sí, y sin insultar y sin faltas de ortografía. Estamos en un mundo que dice que Twitter es una mierda porque cuatro golfos lo han convertido en un barrizal. Que algunos hacen basura. Pero quiero demostrar que se pueden hacer cosas maravillosas. Los que dicen que no sirve para nada son los mismos que han hecho que se encuentre así de mal. A mí, sin embargo, ni me insultan: me tienen ‘respeto’ porque me meto con el PP y no soy del PSOE y viceversa. Me meto con mi periódico, como con todos. Soy independiente, sin doble juego. Y eso la gente lo pilla rápidamente”. 

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