Por Ana R. Rios, Ginés Suárez y Omar Samayoa – Esta columna fue publicada originalmente en el blog Sostenibilidad del BID
Entre 2011 y 2015, Honduras sufrió uno de los períodos más severos de sequía, provocado por el fenómeno del Niño, un evento considerado anormal dado que no solía presentarse durante varios años consecutivos.
Además de la crisis por escasez de agua, la sequía provocó la aparición de una plaga severa de gorgojo del pino (Dendroctonus frontalis), un escarabajo que se desarrolla naturalmente en forma permanente en los bosques de pino, pero que puede incrementar sus poblaciones hasta un nivel considerado plaga cuando hay altas temperaturas y estrés hídrico en los árboles. Esta plaga causó la muerte de 500.000 hectáreas de bosque de pino (20 % del bosque de pino de Honduras), equivalente a la cantidad de bosque que se hubiera perdido en Honduras en 100 años por la sustitución anual de bosque a cultivos o zonas urbanas.
Este insecto ataca los tejidos que conducen el agua y alimento del árbol provocando su muerte. Una buena parte de estos bosques de pino se ubican en las áreas donde se captura el agua para consumo de la mayor parte de la población hondureña, incluyendo ciudades importantes como Tegucigalpa, Comayagua y Danlí, así como para importantes zonas de riego y represas hidroeléctricas. Por lo tanto, la pérdida de estos bosques representa un alto riesgo para la provisión actual y futura de agua en esta región de Honduras. Hace unos meses, el país tuvo un episodio de crisis de agua con racionamiento severo, mostrando los desafíos a enfrentar en el futuro.
Este pequeño escarabajo, que mide menos de 5 mm, tiene una influencia enorme sobre la disponibilidad de agua en el país. El fenómeno de la plaga del gorgojo del pino ha ocurrido de forma severa cada 40 o 50 años desde hace miles de años, sin embargo, con el incremento de la temperatura y la disminución de precipitación que está produciendo el cambio climático, se pronostica que estas plagas ocurrirán con mayor frecuencia. Por lo tanto, es imprescindible establecer medidas para poder reducir el impacto que el gorgojo pueda seguir generando en los bosques de pino hondureños (y en otros países de Centroamérica).
Honduras es considerado uno de los países más vulnerables al cambio climático y se ubica junto con otros países de Centroamérica en una de las regiones consideradas hot spot de vulnerabilidad a este fenómeno. Durante los últimos 30 años, según CEPAL, ha sufrido pérdidas por más de USD 5.700 millones por efectos de eventos climáticos extremos. A pesar de este escenario crítico, no todo está perdido. Es posible implementar acciones que hagan a los bosques de pinos más resilientes contra el ataque de esta plaga para evitar que nuevas plagas masivas se produzcan en el futuro.
Algunas de las acciones a considerar son: recuperar los bosques que fueron atacados con medidas de control de incendios; manejo de la regeneración natural; promoción de bosques más fuertes a través de raleos (eliminación de exceso de árboles o de árboles enfermos para mejorar el crecimiento y la salud de los restantes) y otras prácticas que reducen la competencia entre ellos. Además, es necesario ayudar a que áreas del bosque logren un proceso de transición hacia uno más diverso en especies.
De forma paralela, por medio de implementación de sistemas agroforestales (cultivos y árboles) se puede ayudar a la protección del suelo con una mayor cobertura arbórea en las áreas que ya cambiaron de uso y donde se realizan cultivos de granos básicos, café, entre otros. Complementariamente, se debe fortalecer el sistema de alerta de plagas y sanidad forestal de Honduras, para que se puedan realizar intervenciones de forma oportuna ante nuevas plagas. Todas estas acciones son las que se plantean en la iniciativa que el Gobierno de Honduras, con el apoyo del BID, presentó al Fondo Verde del Clima y para la cual fue aprobado un financiamiento de USD 35 millones. Para esta iniciativa el BID adicionalmente aporta otros USD 25 millones a través de un préstamo que está en implementación (HO-L1179) y USD 1,5 millones no reembolsables (HO-T1347).
Con estos recursos se apoyará a que unas 270.000 hectáreas de bosque y sistemas agroforestales sean más resilientes ante el cambio climático y el riesgo de ataques severos de plagas como el gorgojo del pino, beneficiando a 450.000 personas en la zona central de Honduras; una de las acciones principales propuestas por Honduras en su Contribución Nacional Determinada.