La Comisión Europea acaba de lanzar el informe DESI (Digital Economy and Society Index, en inglés), una publicación que pretende resumir el rendimiento digital de Europa, analizando cada uno de los Estados miembros de la UE en competitividad digital. Entre ellos está España y los resultados no se corresponden (totalmente) con algunos de los últimos informes.
De hecho, este Índice de Economía Digital y Sociedad, encargo de la UE, asegura que España, en cuanto a la digitalización, pertenece al grupo de países de resultados intermedios, junto con Letonia, la República Checa, Eslovenia, Francia, Portugal, Lituania, Malta, Alemania y Austria. Es decir, el puesto número 14 de los 28 Estados miembros.
Asimismo, y de manera general, España “ha obtenido mejores resultados en todas las dimensiones medidas, excepto en lo relativo al capital humano, ámbito en el que obtuvo un resultado peor al registrado el año pasado a pesar de haber experimentado un crecimiento firme en el número de graduados en CTIM”. Esta cuestión puede ser relacionada con los periodos electorales del pasado año. Tras las elecciones celebradas en junio de 2016, el nuevo Gobierno estableció el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, en noviembre. Es por ello que la Unión Europea, a través del DESI, espera que “en un futuro próximo, se presente una versión actualizada de la Agenda Digital que incluya objetivos incluso más ambiciosos que los que proponen”.
El aumento de la conectividad (nuestras redes de telecomunicaciones son de las mejores de Europa) y el despliegue de las redes de fibra (FTTP), estas últimas han llegado al 62,8% de la población, siguen siendo “un factor positivo importante para la sociedad digital española, tanto en la actualidad como para el futuro”. Pero, como siempre, el problema reside en la conectividad de las zonas rurales.
De todos modos, aunque el capital humano, que es lo que asegura el futuro de la digitalización, sea en lo que menos destaque nuestro país, cabe subrayar los resultados obtenidos por España en el ámbito de los servicios públicos digitales, si bien la dimensión en la que más ha progresado es la integración de la tecnología digital. Y eso a pesar de que, por lo general, aunque los sectores público y privado de España estén progresando con rapidez hacia la integración de las tecnologías digitales, parece que “algunos de los indicadores reflejan un bajo nivel de demanda por parte de los usuarios”. Esto es, un menor nivel de crecimiento en las competencias digitales que obstaculiza, cómo no, el desarrollo de la gran tarea pendiente de la digitalización española: el capital humano.