La Fundación Cotec para la Innovación y la consultora McKinsey han presentado esta semana un informe en el que aseguran que, aunque la economía digital representa un 5,6% del PIB de nuestro país, solo un 13,5% de este es aprovechado. El estudio, llamado La reinvención digital: una oportunidad para España, destaca también algunos de los principales impactos de la digitalización, como la optimización de las operaciones y de la cadena de montaje, las mejoras en la I+D y el desarrollo de productos o el incremento de la oferta y la productividad del empleo.
Por otro lado, aunque la digitalización del país suponga una gran oportunidad en el crecimiento del PIB español y en su productividad, hay que tener en cuenta que toda esa transición, que ya la hay, necesita una reinvención del modelo productivo; es decir, que hoy por hoy, casi la mitad de las actividades son potencialmente automatizables con tecnología ya existente.
Sobre este hecho, Cristina Garmendia, presidenta de Cotec, ha afirmado que la automatización del trabajo “no significa necesariamente que los empleos desaparezcan, significa que la naturaleza del empleo cambiará y que muchas actividades se verán sustituidas por otras de mayor valor añadido”. Actividades que dependan de factores técnicos, económicos y sociales. Asimismo, el presidente de McKinsey Iberia, Alejandro Beltrán, ha considerado que, como ya ha hecho históricamente, “la digitalización también generará nuevos puestos de trabajo, y las personas continuarán interactuando con las máquinas para conseguir el crecimiento de PIB per cápita al que aspiramos”.
Un posible incremento del PIB español que el informe sitúa entre un 1,8% y un 2,3% hasta el año 2025. Pero hay obstáculos. Según Cotec, esta transición a “lo digital” pasa por la baja digitalización de algunos sectores económicos y de las pymes, de disponer de un ecosistema de startups aún en desarrollo, y de contar con la escasez relativa de inversión en capital riesgo y la falta de capital humano digital.