La compañía española GMV será una de las principales responsables del descenso del ExoMars (concretamente del módulo Schiaparelli) sobre la superficie de Marte. Este, tras desprenderse de mecanismo principal, entrará en la atmósfera del planeta rojo durante seis minutos, en los que logrará aterrizar y probar así nuevas tecnologías para futuras misiones de exploración.
Si bien ExoMars es un proyecto conjunto de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia espacial rusa Roscosmos, varias compañías han colaborado de forma significativa en él. Empresas como Thales Alenia Space Italy o la propia GMV, que ha diseñado y desarrollado el software embarcado del sistema GNC, es decir: Guiado, Navegación y Control del módulo Schiaparelli.
Este sistema realiza los cálculos de la navegación basándose en los datos que recibe de la unidad de medición inercial IMU (que mide la orientación, la posición o la velocidad de un artefacto) y de otros sensores como radares o sensores de sol. Además, este software activa automáticamente todo lo relacionado con las llamadas fases EDL (Entrada, Descenso y Aterrizaje, en español), sin contar con la entrada controlada, despliegue de paracaídas, separación de escudos térmicos “o el control de propulsores para un verdadero aterrizaje seguro”, apuntan. También ha colaborado en otras fases del proyecto, pero con menor relevancia. Esto es: sin el software de GMV todos los años de trabajo dedicados a esta operación se desvanecerían.
Una vez que el módulo llegue al planeta rojo se estudiará la presencia de metano y otros gases que puedan apuntar a un origen biológico (tal como se hizo con Rosetta). Pero, sobre todo, el objetivo principal es el de asegurar el aterrizaje para misiones futuras, como la del año 2020 (en la que se lleva trabajando desde el año pasado) lo que, para GMV, supondrá un mayor protagonismo. Esto se debe a una mayor participación de la empresa española, que de momento no ha hablado públicamente de que se tratará.