BRUSELAS. Después del entusiasmo que provocó la explosión del mundo digital, liderada por las compañías tecnológicas, vino la reacción. La gente comenzó a temer que las máquinas ocupen su lugar, se diseñaron políticas para controlar esta nueva realidad. Este es el panorama dibujado por Willem Jonker, CEO de EIT Digital, una organización europea de innovación digital y educación empresarial.
“Los reguladores han dado un paso adelante para intentar equilibrar la innovación y los valores sociales”, ha afirmado Jonker este martes durante la jornada Por una Europa digital fuerte, que se lleva a cabo en Bruselas (Bélgica). “Necesitamos un equilibrio entre los que hacen cambios (makers) y los que formulan las políticas”, ha advertido.
Todo es una cuestión de balance entre regulación e innovación, según él. “Tienes que regular de una manera que no mates la innovación, tiene que haber un balance. Si sobrerregulas matas a la innovación”, ha subrayado. La regulación debe basarse en una comprensión profunda de lo que exige la tecnología, pero también en las consecuencias políticas que esta tiene para la sociedad, ha explicado.
En este aspecto Eva Kaili, miembro del Parlamento Europeo, se ha mostrado a favor de una adecuada regulación en Europa. “Un buen entorno regulatorio es amigable con la innovación, así como con la tecnología y un modelo de negocio neutral”.
Para innovar, Europa no debe desestimar las inversiones que tiene que hacer en infraestructuras. “El precio que pagas, es el valor que obtienes. Los que realmente entendieron el valor, son los que están dispuestos a invertir más”, ha añadido Jonker.
Aunque reconoce que la región ha mejorado con respecto a hace unos años, no está en el top, que sigue dominado por empresas estadounidenses y chinas. El sector de las finanzas es la excepción, según Jonker, gracias a la aparición de unicornios europeos, aunque estos son todavía poco conocidos. También ha augurado un futuro en el que "las miniaturas" (como la nanotecnología) toman la delantera.
Por su parte, Andreas Kunze, un emprendedor de 28 años y CEO de Konux, una empresa de IoT industrial, ha reconocido el gran potencial que tiene Europa. “Tenemos grandes universidades en Europa, buenos talentos, buenos ecosistemas. Para las compañías es fácil encontrar a las buenas personas”, ha destacado.
Pese a mostrar su entusiasmo por la región - “Tenemos más oportunidades de lo que nadie cree”-, ha reconocido que las empresas deben mejorar en compartir datos. “Si no tendremos una gran desventaja con respecto a Estados Unidos y China”, ha advertido.
La inteligencia artificial fue la protagonista de uno de los páneles. Nuria Oliver, asesora del Instituto Vodafone, ha destacado el impacto de esta sobre la educación. Oliver ha señalado que el 12 % de los trabajos en España pueden ser automatizados, lo que requiere desarrollar nuevas las competencias.
“La pregunta no es si los trabajos van a cambiar, la pregunta es si estamos preparados para el cambio”, ha advertido. Según ella, los niños no dominan las competencias que requiere el mundo actual porque no se les está enseñando lo que tienen que saber. Para Oliver, es necesario educar para la cuarta revolución industrial ya que la inteligencia artificial ha cambiado tanto lo que aprendemos, como la forma en que se enseña.
Los programas para aprender idiomas -como duolingo- o aquellos enfocados en niños con necesidades especiales son un ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede contribuir en la educación. “No seremos capaces de enfrentar los cambios globales actuales sin la ayuda de la Inteligencia Artificial”, ha sentenciado.
En este punto ha coincidido Roberto Prieto, responsable de la sección académica de EIT Digital, que busca conectar el talento con la industria. “No hay innovación sin educación. Nuestro papel es claro: conectar el conocimiento y hacer la educación abierta”, ha asegurado.