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De Euskadi a Perú: el proyecto social que mejora la vida de las campesinas de Urinsaya

Innovaspain habla con la cooperativa Lorra y la Fundación FISC, artífices de una iniciativa que marca un antes y un después en la inclusión de la mujer en el mundo agrario de esta olvidada comunidad peruana
campesinas Urinsaya

En Urinsaya (región de Cuzco, al sur de Perú) las cosas no son fáciles para las campesinas. Apenas tienen poder de decisión, sus condiciones laborales son malas y muchas de ellas sufren violencia de género. Una situación complicada que desde la cooperativa Lorra y la Fundación FISC se han propuesto revertir. El nuevo proyecto de innovación social y cooperación está financiado por la Dirección de Igualdad y Cooperación del Departamento de Empleo, Inclusión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia, y pone el foco en fortalecer las capacidades de estas campesinas para mejorar su autonomía económica y promover la gobernanza del agua.

En este marco de actuación, el equipo técnico de Lorra Koop asesora a las mujeres campesinas de la asociación ‘Warmikuna Tikarisun’, que significa en quechua ‘las mujeres prosperamos’. La asociación está promoviendo en su territorio el cultivo agroecológico de setas y hortalizas en invernaderos, desde un enfoque de economía solidaria y autogestionada, para posteriormente, colocar sus productos en los mercados locales. "Buscamos trasladar las buenas prácticas y nuestra experiencia en Europa a este colectivo en dificultades", explica a Innovaspain Martin Uriarte, gerente de Lorra Koop.

A través de encuentros telemáticos, el centro de gestión vizcaíno comparte sus experiencias sobre los beneficios del asociacionismo en el ámbito agrícola, que conoce de primera mano como referente en el primer sector de Bizkaia. También expone las buenas prácticas de producción y comercialización que se están llevando a cabo en el territorio: la importancia de los circuitos cortos de producción, las estrategias de lucha contra las plagas y la resiliencia frente al impacto del cambio climático. "La de Urinsaya es una comunidad rica en materia prima pero mal gestionada. Al estar a 4.000 metros sobre el nivel del mar la gestión de recursos se complica", señala Uriarte.

Inicio prometedor

"Cuando pusimos en marcha el proyecto tuvimos claro que no solo nos bastaba con que sirviese, por ejemplo, para crear un biohuerto para cultivar hortalizas. Queríamos que fuese integral", afirma Jesús Pizarro, gerente de la Fundación FISC, con quien este periódico ha tenido también oportunidad de hablar. En este sentido, el primer encuentro en el marco de la iniciativa se celebró en el mes de abril y estuvo marcado por el interés de las comuneras peruanas por el desarrollo de nuevas prácticas agrícolas que les permitan enriquecer sus conocimientos.

La reunión contó con la proyección de videos relativos a los temas tratados, seleccionados por el equipo de Lorra, y fue muy interactiva, con numerosas preguntas e intervenciones por ambas partes. La experiencia puso de relieve la fuerte conexión existente entre lo local y lo global y el interés por seguir desarrollando reuniones similares, contemplando la posibilidad de que en el futuro se puedan realizar presencialmente para poder conocer sobre el propio terreno las explotaciones agrícolas de Bizkaia y a sus baserritarras.

Más allá de los pasos que va dando el proyecto, Pizarro considera prioritario interperal a las autoridades locales para tengan presentes las necesidades de las mujeres de esta comunidad. "Es un lugar muy alejado de los centros urbanos. Hay que dotarlo de herramientass e incluso tecnología. Cuando termine el proyecto, el reto es poder afirmar que las comuneras de esta región han mejorado su nivel de vida y están empoderadas para hacer valer sus derechos", concluye el Pizarro.

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