Eva Escudero. "Me convertí en docente para intentar ser la profesora que nunca tuve"

Escudero ha ganado el II Premio Hortensia Roig de literatura infantil con la obra “Los coleccionistas de ceros” (Plataforma Editorial), ilustrado por Viv Campbell
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Eva Escudero, ganadora del II Premio Hortensia Roig de literatura infantil.

Ana es una de las alumnas del colegio Marie Curie. Junto a sus amigos, vive atemorizada por Tomás Zurdo, un estricto profesor de matemáticas, inflexible y despectivo, que les hace creer a todos que son poco más que unos “coleccionistas de ceros”. Las cosas cambian cuando le sustituye la profesora Diana Cortés. Con ella, los niños y niñas descubren que, a través de la comprensión, la empatía y las ganas de aprender, son capaces de todo, y que las matemáticas pueden ser divertidas. La profesora de primaria Eva Escudero es la autora de “Los coleccionistas de ceros” (Plataforma Editorial), obra ganadora del II Premio Hortensia Roig de literatura infantil.

En conversación con Innovaspain, Escudero explica que desde hacía un tiempo le rondaba la idea de hacer algo dedicado a aquellas niñas que tienen un concepto distorsionado o débil de sí mismas. “La protagonista tiene dificultades con las matemáticas, y es algo que me sucedía a mí de pequeña. Mis profesores -desgraciadamente más próximos a Tomás Zurdo que a Diana Cortés- en poco o nada me ayudaban a superar aquel bloqueo. Me agobiaba y me acomplejaba cada vez más. La escritura y la ilustración eran mi refugio para no sentirme tan incompetente. De algún modo, me convencía de que era posible remontar la situación sin perder la ilusión por otras cosas”.

Más que un libro

Cuando descubrió el certamen Hortensia Roig -un premio que apuesta por acercar las disciplinas STEAM a través de la literatura infantil- comenzó a hilar la historia. Escudero asegura que “necesitaba mostrar con optimismo que la enseñanza tiene un enorme poder motivador y que debe encaminarse a que cada niño y niña llegue tan lejos como pueda”. La docente añade que ha intentado aportar su “humilde visión” sobre aquellas expectativas que la sociedad tiene depositadas en mujeres y niñas, “en función de la edad o del contexto sociocultural en el que nos desenvolvemos”. En definitiva, “mostrar la educación y el rol del docente como un motor de cambio, especialmente, entre la población más vulnerable”.

El libro, dirigido principalmente dirigido a niños y niñas entre 9 y 11 años, incluye una guía didáctica enlazada con un código QR para trabajar la lectura en clase y en casa. “He pretendido que no fuera demasiado extensa, pero sí práctica y eficaz para visibilizar el trabajo de mujeres científicas, despertar el interés de las niñas hacia vocaciones STEAM y acercarlas a referentes actuales en lo que puedan fijarse”.

Brecha de género STEAM

Las estadísticas hablan por sí solas: solo un 7 % de las niñas se visualizan a sí mismas como científicas en el futuro. En opinión de Eva Escudero, la brecha de género en disciplinas STEAM, es un desequilibrio que germina en la infancia. “Desde edades muy tempranas, generamos expectativas diferentes respecto al comportamiento y la personalidad de un niño o una niña”, afirma. “Cuando las niñas crecen, algunos roles se consolidan y acentúan. Esto es debido a los productos culturales que consumen y a los mensajes que reciben desde diferentes esferas sociales”.

Por la parte que conoce más de cerca, la profesora argumenta que, desafortunadamente, los referentes femeninos escasean en las páginas de los libros de texto. “En la etapa de Primaria, algunas editoriales sí abogan, cada vez más, por mostrar ese trabajo. Sin embargo, en Secundaria, la invisibilidad de los aportes femeninos es más notable. Quienes nos dedicamos a la enseñanza, percibimos que, según avanzan los cursos, los referentes de las jóvenes son aquellos que asocian a roles más tradicionales: los vinculados al papel de cuidadora, a espacios privados o al ámbito estético.

Cambiar perspectivas

¿Un consejo para las niñas? “Que no abandonen sus vocaciones o preferencias y que sigan trabajando y esforzándose para alcanzar esa ‘seguridad’ que sienten que les falta”. Eva Escudero añade que, además, “sería estupendo de dónde vienen o que qué se basan esas dudas. Lo más importante es que no se dejen llevar por mensajes simplistas que intentan reducirlas a determinados roles”.

La docente llama a las más jóvenes a “trabajar y luchar” pro aquello que desean. “Las aportaciones del talento femenino son muy necesarias también en ciencia. Necesitamos puntos de vista diversos para responder a las incertidumbres del mundo actual. En la revolución digital y tecnológica que vivimos entran en juego componentes éticos. Si deseamos un mundo más justo y equilibrado, todos debemos comprometernos en la construcción de esa causa”.

Retos y privilegios

Eva Escudero nos habla del origen de su propia vocación docente. “En primer lugar, surge por tradición familiar. No porque yo quisiera copiar e imitar lo que hacían otros, sino porque varios miembros de mi familia me transmitieron esa pasión desde que era pequeña. Siempre he sentido preferencia hacia los trabajos sociales, con personas, a mi modo de ver más directos y gratificantes, como es educar a los más pequeños”.

Desde su posición, se considera una persona afortunada. “Percibir el mundo a través de la mirada infantil, una mirada inocente, mágica y aún sin corromper, me parece un privilegio que tenemos quienes trabajamos con niños. A lo largo de los años, me he dado cuenta de que convertirme en docente era casi una cuenta sin saldar: la de intentar ser la profesora que nunca tuve y que tanto eché en falta en EGB. Ser docente hoy en día es un enorme reto, un trabajo intenso, pocas veces valorado, pero sí reconocido por el alumnado. Es muy gratificante, concluye la ganadora del Premio Hortensia Roig.

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